Bajo la misma estrella. Canto al amor, sin edulcorantes - Alfa y Omega

Bajo la misma estrella. Canto al amor, sin edulcorantes

En el origen de esta película está John Green, un escritor y autor multimedia que, este año, ha sido incluido en la lista de las cien personas más influyentes del planeta, según valora la revista Time. Si ya se hizo famoso con su novela juvenil Looking for Alaska, es con Bajo la misma estrella con la que se convierte en el número uno en la lista de los más vendidos del New York Times en enero de 2012. Su adaptación cinematográfica, de la que hoy hablamos, se alzó también con el primer puesto de la taquilla estadounidense

Juan Orellana
Escena de la película Bajo la misma estrella

En el plano formativo, Jhon Green se especializó en Ciencias de la religión, primero en el Kenyon College y, posteriormente, en la Divinity School que tiene la Universidad de Chicago para el estudio del fenómeno religioso. Trabajó como agente pastoral en un hospital infantil, donde nació la historia de Bajo la misma estrella. El hecho es que, en su trabajo hospitalario, se relacionó con muchos adolescentes muy enfermos, pero rebosantes de ilusión y alegría. Y ése era el tipo de personajes que él deseaba plasmar en su novela. Concretamente, John Green trabó amistad con una joven de 16 años llamada Esther Earl, que falleció a causa de su enfermedad, y que le inspiró la historia de la novela, precisamente dedicada a ella.

Un día Green recibió una llamada del productor de Crepúsculo, Wyck Godfrey, interesándose por la novela en nombre de la filial más indie de la Fox, Fox 2000. Una vez comprados los derechos, se elige a un cineasta que había demostrado moverse muy bien con tramas adolescentes, Josh Boone, director de la reciente Un invierno en la playa. Pero faltaban los ingredientes principales, dos intérpretes jóvenes que, por un lado, tuvieran un excelente registro dramático, y por otro, que fueran capaces de arrastrar al público juvenil en masa a las salas de cine. La elección fue la mejor: la que hacía de hija de Clooney en Los descendientes, Shailene Woodley, que suplicó por el papel, y Ansel Elgort, que ya había compartido set con Shailene en Divergente.

El argumento es muy sencillo: se trata de la historia de amor entre una chica, Hazel Grace, que sufre un cáncer que le afecta seriamente a su función respiratoria, y Gus, un chico que acaba de superar un cáncer que le ha dejado como recuerdo una pierna ortopédica. Una historia de amor frente a la muerte que podía haberse convertido fácilmente en un pastelón melodramático difícil de digerir; sin embargo, aunque este melodrama es lacrimógeno, nunca se abandona el terreno del realismo y de la veracidad dramática, y personajes y espectadores son tomados en serio por el director a partes iguales. Incluso la pregunta por el sentido de la vida y de la muerte están claramente presentes, aunque sabe a poco el escaso ahondamiento trascendente que se hace en tales cuestiones.

El resultado es un canto al amor y a la vida sin concesiones a un falseamiento edulcorado de la realidad. A pesar del conformismo con el que se plantean las relaciones sexuales, el film pone de manifiesto que el amor es lo que permite humanizar cualquier circunstancia, y tener la esperanza de que la muerte no tenga la última palabra. Ciertamente, la película es un producto pensado para que los incontables seguidores de El diario de Noa entre los adolescentes, la aúpen como su nueva favorita. Pero se agradece el tono adulto con que se plantean los problemas y situaciones, y que elevan la historia a un nivel más universal. Frente al nihilismo narcisista que atraviesa tanta producción cultural actual, resulta refrescante encontrar personajes que viven del deseo de no morir para siempre.

Bajo la misma estrella
Director:

Josh Boone

País:

Estados Unidos

Año:

2014

Género:

Romance

Público:

+7 años