Gentes: Natalia Ginzburg, escritora comunista (en Las pequeñas virtudes)
Abortar es matar, pero se trata de un homicidio que no puede compararse con ningún otro. Es separarse para siempre de una individual, concreta y real posibilidad viviente. Sabemos muy bien que matar está mal, pero aquí, en presencia de una posibilidad viva pero inmersa en la oscuridad, también la idea del bien y del mal está inmersa en la oscuridad. Es una horrible facultad de elegir, la vida o la nada. Quien elige debe elegir por dos, y el otro está mudo.
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