La unidad se puede empezar a vivir ya - Alfa y Omega

La unidad se puede empezar a vivir ya

La conmemoración conjunta de la Reforma corona cinco décadas de diálogo con más avances que en los 450 años precedentes

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Foto: EFE/EPA/Gary He

Cuando hay voluntad de diálogo entre dos partes, lo lógico es poner en el centro lo que une, no lo que separa. Eso han hecho los responsables de la Federación Mundial Luterana y el Papa al conmemorar juntos en Suecia el V centenario de la Reforma protestante, un acontecimiento histórico que corona cinco décadas de diálogo ecuménico en las que se han producido más avances que en los 450 años precedentes. No ha faltado agoreros que, de una u otra parte, han puesto el foco en las grandes diferencias de fondo aún existentes. De sobra son conocidas esas diferencias. Pero era importante aprovechar la efeméride para reafirmar la voluntad de seguir avanzando, conforme a la voluntad nítidamente expresada por Jesús en la Última Cena.

Tras el paso de gigante que supuso en 1999 la Declaración conjunta sobre la Doctrina de la Justificación, el Papa ha reconocido que no será fácil a corto plazo progresar mucho más en el diálogo teológico. Los trabajos siguen a su ritmo, pero hay otras vías que Francisco anima a seguir explorando. En la entrevista publicada en vísperas del viaje en la revista de los jesuitas suecos, Signum, Francisco aludía a la oración común y al trabajo conjunto en obras de misericordia, sin olvidar el ecumenismo de sangre, el testimonio de martirio que dan en algunos países los cristianos. El hecho de que sus perseguidores no parezcan fijarse demasiado en la confesión concreta de sus víctimas –como continuamente recuerda el Papa– debería suscitar reflexión.

En contextos cada vez más plurales, la urgencia del ecumenismo se acrecienta y se muestra con mayor claridad que la credibilidad del anuncio del Evangelio está vinculada a la unidad. Lo que el Papa y la nueva Declaración Conjunta de Lund afirman es que ese testimonio de unidad no debe hacerse esperar. Por eso el documento exhorta «a todas las comunidades y parroquias luteranas y católicas a que sean valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros». Ya, sin pérdida de tiempo.