Madre, ruega por nosotros - Alfa y Omega

Desde la periferia, hombres y mujeres dirigen sus ruegos y plegarias a María, la Virgen de la Merced. Comparto con vosotros la oración que dos personas dirigieron a la Madre el día de su fiesta.

David ora así: «Madre de la Merced, tú que eres Madre de los privados de libertad, enséñanos a recuperar y mantener la libertad interior de los hijos de Dios. Haz que nadie nos impida amar y ser amados, perdonar y ser perdonados y creer en el bien. Danos fuerza para que no nos dejemos vencer por nuestras circunstancias ahora adversas. Aliéntanos para que no nos cansemos en la lucha por la justicia. Ayúdanos a mirar a nuestros hermanos con ojos misericordiosos, porque tú, Madre nuestra, nos quieres a todos. Sé nuestro consuelo e infúndenos ánimo para seguir adelante. María, lleva nuestra oración a Jesús, para que llegue por Él al Padre».

Gerardo la invoca: «Madre de la Merced, desde lo más profundo de mi corazón quiero pedirte que nos protejas y nos des fuerza para seguir adelante y no caer en la tristeza. Tú sabes cuántas veces hablo con tu Hijo Jesús y, aunque por el momento no se cumplen mis ruegos, tengo la fe de que un día todo esto se acabará y nos dará fuerza para enfrentarnos a la sociedad, esa sociedad que muchas veces nos margina sin conocernos, sin saber los motivos de desesperación que nos han traído hasta aquí, ya sea por necesidades o por la droga. Bien sabes tú, Madre, que la mayoría de las personas cuando consiguen salir de esta situación de dolor y sufrimiento tienen más sentimiento y cariño. Te ruego, Madre, en tu día, que toques los corazones de la justicia de los hombres, para que sean más clementes a la hora de condenar. Te pido que ayudes a mi familia para que pueda encontrar la paz y la felicidad al ver mi arrepentimiento y mi cambio de conducta. Perdóname, Madre, las veces que he seguido un camino de pecado. Sé el norte que guíe nuestros pasos, para que nunca más tropecemos y tengamos la oportunidad de poder volver a empezar. Ayúdanos a vivir en tu amor».