Osoro: «Voy a seguir pisando mucha calle» - Alfa y Omega

Osoro: «Voy a seguir pisando mucha calle»

Ricardo Benjumea
Foto: Cristina Sánchez Aguilar

Cuando apareció usted por la catedral tras su nombramiento, mucha gente se le acercó para felicitarle. ¿Qué le han dicho?
La mayoría se acercaba para animarme, alentarme, como un gesto de cercanía hacia su obispo. Otros me pedían la bendición. Y más de uno me ha dicho que ahora podré caminar menos por las calles de Madrid, ir menos a las parroquias… Pero les he respondido: «Todo lo contrario. Yo no quiero dejar de ser arzobispo de Madrid, que es a lo que me ha mandado el Papa». A lo mejor ahora el Papa me pide más cosas, pero mi intención es seguir pisando mucha calle mientras Dios me dé salud, seguir visitando las comunidades y seguir estando presente en las realidades de la vida de la gente.

Ha dicho que su nombramiento es un reconocimiento a la archidiócesis de Madrid, pero también podría interpretarse como un reconocimiento al estilo pastoral con el que a usted se le asocia: el de una Iglesia en salida.
Es verdad que yo he tomado esa opción. Realmente, siempre la he tenido. No he empezado a salir a la calle en Madrid. Cuando me nombraron obispo de Orense, en los cinco años que estuve, hice tres recorridos por la diócesis, con sus más de 600 parroquias. Siempre he creído en ir al encuentro para anunciar a Jesucristo, porque pienso que la Iglesia que tiene que ir a la búsqueda de la gente, acercarse a los demás, abrir sus puertas. Lo he vivido así siempre.

Al referirse al Papa, ha destacado su impulso a la sinodalidad. ¿Es eso lo que quiere promover también usted en Madrid mediante el Plan Diocesano de Evangelización?
Ciertamente, todos los cristianos nos tenemos que dar cuenta de que debemos ser protagonistas en la Iglesia. No somos asistentes mudos, sino una comunidad, al frente de la cual hay un pastor, pero en la que tenemos todos necesidad de escucharnos. El Espíritu Santo ha venido sobre toda la Iglesia, y se manifiesta también en la gente sencilla, la que no tiene ningún cargo. Yo creo en esa Iglesia. Y por tanto, en la importancia de llevar a la práctica lo que ya el Concilio Vaticano II quiso que hiciésemos, a través de los consejos presbiterales, de los consejos de pastoral o de otros instrumentos para que la gente pueda manifestar lo que el Espíritu Santo le diga en su corazón o en su vida. Una Iglesia sinodal es aquella en la que caminan todos juntos bajo la acción del Espíritu Santo.

¿Cómo ha vivido personalmente el gesto de confianza del Papa?
Es verdad que acontece algo en tu vida que, de alguna manera, te hace abrir más el corazón. Porque aquí de lo que se trata es de que el Papa te ha elegido para tenerte más cerca, para pedirte las consultas que crea necesarias, para que estés dispuesto a dar la vida por la Iglesia sin recatos de ningún tipo… Por una parte, es un compromiso. Y es también un gozo y una alegría que el sucesor de Pedro te pida todo esto, porque en el fondo te pone en el camino de Jerusalén, de la entrega total de la vida. Es verdad que a esto estamos llamados todos los cristianos, pero ahora el sucesor de Pedro te lo pide explícitamente.

Y ahora que va a ser cardenal y los focos van a estar más puestos sobre usted, ¿cómo va a poner a los demás en ese camino a Jerusalén?
No solamente con palabras, que alguna diré. Fundamentalmente intentaré hacerlo con mi vida, con la entrega. Es verdad que nunca he estado parado en ninguna diócesis. A veces se ha confundido esto con activismo… Sí, intento ser activo, pero no lo hago por capricho. Yo estaría muy contento en el sillón de mi casa, pero sé lo que me ha pedido el Señor.