2.000 años de misericordia - Alfa y Omega

2.000 años de misericordia

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Indigente, de Teresa Peña. Foto: Obispado de Huelva

El Año de la Misericordia es mucho más que un evento aislado dentro de la vida de la Iglesia. En realidad, cada año después de Cristo es un año de misericordia y de gracia, 365 días de perdón y de alabanza. Los 2.000 años que han seguido al nacimiento del Hijo de Dios han dejado una huella imborrable en la historia, en todas las dimensiones de la vida del hombre, también en sus manifestaciones artísticas. Esto es lo que quiere reflejar la exposición Misericordes sicut Pater que la diócesis de Huelva ha organizado en el monasterio de Santa Clara de Moguer (Huelva) hasta el 16 de octubre. La treintena de obras que ofrece al público –pinturas y esculturas de diversas técnicas– muestran que la misericordia, como la fe, también se hace cultura.

Cristo de la paciencia, anónimo de la Escuela de Nottingham (siglo XV). Foto: Obispado de Huelva

La exposición sigue el recorrido de las siete obras de misericordia espirituales y las siete corporales, para dar cabida entre los muros del monasterio onubense a diferentes piezas que muestran a Jesús sediento en la Cruz o yacente tras la crucifixión, pero también al Cristo presente en los indigentes, ancianos y enfermos. Una visión más conceptual, pero no por ello menos concreta, es la sección Jesús, Misericordia revelada y encarnada, en la que se puede encontrar a Jesús bajo la figura del Buen Pastor, o incluso un confesionario del siglo XVIII.

Buen Pastor, de Darío Fernández. Foto: Obispado de Huelva

Como afirma en el catálogo de la muestra monseñor José Vilaplana, obispo de Huelva, «estas expresiones artísticas, nacidas en la mayoría de los casos para el culto divino, se convierten también en instrumentos sensibles que nos ayudan a entrar en el meollo del mensaje evangélico: el amor misericordioso de Dios», que en este Año Jubilar «está removiendo la vida de los fieles. Muchos están experimentando el amor de Dios, ya sea por los frutos invisibles y misteriosos de la indulgencia jubilar, o por la contemplación de la misericordia».

Hermana de los ancianos desamparados, de J. Contreras Fernández. Foto: Obispado de Huelva