«El Papa no va sólo donde reinan los grandes números» - Alfa y Omega

«El Papa no va sólo donde reinan los grandes números»

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«¿Qué viene a hacer el pastor de la Iglesia universal en Azerbaiyán, donde los católicos son un rebaño muy pequeño?». Don Josef Daniel Pravda, de 54 años, responsable de la Missio sui iuris en Bakú, no puede más que dirigirse continuamente esta pregunta. Y responde decidido: «Si vemos las cosas con los ojos de la fe, esta visita representa uno de los vértices de la actividad misionera del Pontífice. Él no va sólo donde reinan los grandes números, Brasil, Estados Unidos, en medio de un millón de fieles. Acude también allí donde los católicos son pocas decenas, para reforzar su fe, para testimoniar al mundo que ningún lugar es extraño a la lógica de la divina gracia. Hay quien ha escrito que ha tenido que cumplir la visita en Azerbaiyán para compensar el viaje en Armenia. Yo no veo las cosas de este modo: Dios se sirve de todo. Esta visita es una obra maestra del Espíritu. Y el hecho de que Juan Pablo II lo realice cuando está al límite de las fuerzas, probado por la edad y por la enfermedad, es un testimonio impresionante de santidad».

Don Pravda es un salesiano eslovaco; su nombre en la lengua eslava significa verdad. Llegó a Bakú en otoño de 2000, después de haber trabajado durante muchos años en Siberia, en la gélida Jacuzia. Pero la acogida en Azerbaiyán no fue mucho más calurosa. «Muchos problemas, ninguna estructura y, sobre todo, una gran incertidumbre, también en el plano jurídico -explica-. Mi visado llegaba siempre con retraso, y tenía que pedirlo cada mes. Era prácticamente un ilegal». En el verano de 2001 las cosas cambiaron. Llegó un nuevo responsable del Gobierno para los asuntos religiosos, Rafik Aliev, que garantizó un cuadro jurídico seguro y aceleró los preparativos para la visita del Papa. «También la Iglesia ortodoxa local ha tendido una mano para hacer posible la visita del Papa —dice satisfecho don Josef—. Hemos trabajado juntos en plena armonía, involucrando también al jefe de la comunidad musulmana». Y ahora mira al futuro con gran confianza y optimismo. Como buen salesiano, tiene muchos proyectos: el comedor para los pobres y un centro de formación profesional para los jóvenes, en un país donde la instrucción está a un nivel muy bajo. «La ley nos prohíbe hacer actividad misionera, pero hay mucha gente que se acerca a la iglesia. Yo me limito a no cerrar la puerta en la cara de quien llama», declara tranquilo el padre Verdad, que nunca habría imaginado acoger al Papa en su pequeña parroquia, al confín entre Asia y Europa.

Luigi Geninazzi
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