Fui forastero y no me hospedasteis - Alfa y Omega

Fui forastero y no me hospedasteis

«La comunidad parroquial puede convertirse en un gimnasio de la hospitalidad, donde se realiza el intercambio de experiencias y regalos»

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Foto: AFP Photo/Marwan Naamani

Nunca se había oído a un secretario general de la ONU acusar a los líderes del planeta de tener «sangre en las manos». Ban Ki-moon se despidió la pasada semana de la Asamblea General de la ONU denunciando que «en esta sala hay representantes de gobiernos que han ignorado, facilitado, financiado, participado o incluso planeado y ejecutado atrocidades» en Siria. No eran europeos los principales destinatarios de sus dardos, pero a la UE se le puede reprochar haberse desentendido de la acogida a los refugiados. Y al rico Epulón –recordaba el Papa el sábado– no se le condena por haber hecho daño a nadie. Su pecado es la indiferencia: «Fui forastero y no me hospedasteis».

También los obispos de los distintos países europeos han hablado duro a sus gobiernos, aunque no todos con la misma intensidad. Pero en lo que respecta a la atención a migrantes y refugiados no hay matices. En este último aspecto ha puesto el foco el encuentro de responsables de Migraciones de las Conferencias Episcopales de Europa esta semana en Madrid. Hay infinidad de «historias de generosidad» en las parroquias, subraya el comunicado final. Historias que pueden ofrecer orientación a la ciudadanía. «La ignorancia y el miedo –dice el texto– son los primeros obstáculos que superar. Las personas deben ser capaces de entender lo que significa ser un refugiado, lo que significa tener la vida de uno contenida en un simple mochila».

Ponerse en lugar del otro es huir de la actitud del rico epulón. Pero si además se da el paso de contar con él en un proceso activo de acogida, la situación que hoy se percibe de amenaza se convierte en oportunidad de enriquecimiento para todos. La historia está llena de ejemplos. Y nuestras parroquias. «La comunidad parroquial –añade el comunicado– puede convertirse en un gimnasio de la hospitalidad, donde se realiza el intercambio de experiencias y regalos».