Rezar en Navidad - Alfa y Omega

Porque, a veces, da la sensación de que se nos olvida: se nos olvida qué es lo importante, nos cuesta apartarlo de lo accesorio. La recopilación de escenas trabajadas por el padre Rupnik y el Centro Aletti, recogidas en el libro La Navidad en mosaicos, preparada por Nataša Govekar, me ha ayudado a rezar durante unas cuantas horas.

Cuarenta y cuatro páginas, publicadas en la editorial San Pablo, dan para profundizar en los qués y los porqués de lo que estamos rememorando estos días y de lo que estamos esperando realmente: que Dios se encarnó y se hizo hombre, que la Virgen María nos da ejemplo, que san José nos enseña a obedecer y a aceptar que nos cambien los planes…, ¡que Jesucristo volverá!

Cada imagen, cada mosaico, es una meditación en imágenes. Presididas por el misterio de la Encarnación, recordamos nuestras tradiciones, recuperamos las oraciones y los villancicos, canturreamos por lo bajo, miramos en nuestro interior.

También disfrutamos con himnos de san Efrén (¡qué grandes los poemas del diácono sirio!), Troparios de la Natividad (rito bizantino), meditaciones de san Agustín, de san Atanasio, de Orígenes. Paseamos con algunos Padres de la Iglesia, acompañamos las meditaciones de Papas y obispos.

Cuando queremos darnos cuenta, nuestro tiempo ya no es nuestro; nos hemos puesto en manos del que viene a salvarnos, mirando con deleite escenas de la espera, de la cueva, del pesebre, de la epifanía, de la huida a Egipto; nos hemos encontrado con la Madre y con el Niño, sentido que le pertenecemos, identificado el tronco de Jesé.

Historia sagrada y oración en imágenes, acompañadas de explicaciones y llevadas a la contemplación.

Yapanti: la fiesta del encuentro con Dios, en la mitad del libro, divide de manera casi simétrica los momentos de oración. ¿Cómo no aprender de Simeón?; ¿cómo no respirar ya con los dos pulmones?

La vidriera de la Encarnación, página 30, una excepción entre los mosaicos, sirve de pórtico a una reflexión acerca del verdadero significado de la Navidad, que no es sólo el cumpleaños de Jesús, que no es sólo conmemoración, sino apertura al misterio de Cristo: evocaciones a la sobriedad, al dolor, a la Pasión, al camino de la verdadera felicidad, no la racionalista y de anuncios televisivos, sino la que entra por el corazón y sube hasta la conciencia y descansa en el alma, que es la conciencia de la conciencia.

Mosaicos, imágenes, meditaciones que nos ayudan a comprender mejor la liturgia de estas semanas, y a dejarnos acompañar por el amor fiel, verdadero y gratuito.