La Conferencia Episcopal pide acuerdos efectivos - Alfa y Omega

La Conferencia Episcopal pide acuerdos efectivos

Cristina Sánchez Aguilar
Una mujer siria camina con sus hijos por una vía del tren en Hungría. Foto: CNS/Reuters

Los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones se han sumado al llamamiento conjunto que Caritas Internationalis, el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), y otras organizaciones eclesiales como Cáritas Española, CONFER y Justicia y Paz han dirigido a los participantes en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes que ha tenido lugar en Nueva York los días 19 y 20 de septiembre.

Los prelados inciden en la importancia de que «las deliberaciones de la cumbre se traduzcan en acuerdos efectivos que velen por un reconocimiento, acogida, trato y protección lo más dignos posibles en favor de los emigrantes y refugiados».

La guerra, la desigualdad, la pobreza o el cambio climático han expulsado de sus hogares a más gente que nunca antes desde la fundación de la ONU: hay más de 65 millones de desplazados forzosos en todo el mundo, tres millones de solicitantes de asilo y 40 millones de desplazados internos. Como ya manifestaron los obispos en una nota publicada con motivo de la Jornada Mundial de Migraciones, y que reiteran de cara a la cumbre, «no debemos olvidar que detrás de estos flujos migratorios, en continuo aumento, está siempre la inhumanidad de un sistema económico injusto en el que prevalece el lucro sobre la dignidad de la persona y el bien común».

Ante «las medidas de devoluciones sumarias en nuestras fronteras en estos días», la Comisión Episcopal de Migraciones reitera la petición de que «se cumplan los tratados internacionales y se verifique si las personas pueden ser acreedoras del asilo político, ser víctimas de la trata o necesitadas de asistencia sanitaria urgente».

Que la migración sea una opción

Caritas Internationalis y el SJR añaden en su declaración «que la migración debe ser una opción y no una necesidad» y esto debe asegurarse «mediante políticas migratorias responsables». Por ejemplo, explicitan, «los estados deben dar cobertura tanto a las necesidades básicas de las personas refugiadas que viven fuera de los campamentos como a sus necesidades a largo plazo».

Piden también a los países desarrollados que «no usen la ayuda al desarrollo para financiar los costes de la acogida a las personas refugiadas dentro de sus fronteras» y hacen un llamamiento a la comunidad internacional para «compartir la responsabilidad de proteger a las personas que huyen de sus hogares evitando que algunos países carguen sobre sus hombros todo este peso por su propia cuenta».