«La Madre Teresa ha de ser el gran hito que oriente nuestras tareas pastorales» - Alfa y Omega

«La Madre Teresa ha de ser el gran hito que oriente nuestras tareas pastorales»

El cardenal arzobispo de Valencia concelebrará con el Papa este domingo en la Misa de canonización de la fundadora de las Misioneras de la Caridad

AVAN

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha asegurado que la Madre Teresa de Calcuta, a la que canonizará el Papa Francisco el próximo domingo, «ha de ser el gran signo, el hito que oriente nuestras tareas pastorales en nuestra diócesis» en los próximos años.

El cardenal, que concelebrará con el Papa Francisco el próximo domingo en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, en la Misa de canonización de la madre Teresa, ha destacado que «Dios alienta nuestra esperanza en estos tiempos precisamente por Teresa de Calcuta, que será puesta como enseña luminosa para la humanidad entera».

Con el modelo de la madre Teresa de Calcuta, «habrá una Iglesia renovada y renovadora, verdaderamente revolucionaria con la única revolución que cambia el mundo la del amor, la de la caridad, la de Dios que no pasa de largo de los pobres más pobres, sino que se acerca tanto a ellos, que con ellos se identifica: ahí está la santidad», ha precisado.

El titular de la archidiócesis de Valencia ha expresado, además, que la madre Teresa de Calcuta «ha sido y es un don de Dios a la humanidad entera en su Iglesia» y ha resaltado también su dimensión como religiosa, «no lo olvidemos, consagrada al Señor, enteramente de Él y para Él, ante todo».

De igual modo, ha evocado las visitas que realizó a España en las que «siempre pudimos ver en ella la llamada de Dios apremiante a ser santos, muy santos».

La vida de Teresa de Calcuta «fue un aire fresco en una tierra calcinada frecuentemente por el hambre, el desprecio de la vida, la muerte violenta, y la cerrazón de las entrañas ante la miseria de esa inmensa muchedumbre de hermanos nuestros que son considerados deshecho de nuestras ciudades», ha manifestado el cardenal Antonio Cañizares.

Además, «todo el mundo la admira porque hay en ella un rayo de luz y de esperanza, una frescura de vida, una ternura que levanta y libera de la postración o de la exclusión: la ternura de Dios, la luz de su presencia, la esperanza de su amor, la entrega infinita de su vida por nosotros, por los últimos y desheredados de la tierra», ha indicado el arzobispo.

Finalmente, el cardenal Cañizares ha señalado que «esta mujer, menuda y muy grande, ha sido y es un indicativo claro y esplendoroso de que Dios es Dios, Dios-con­nosotros» y que, también, «es afirmación de que la caridad es lo primero y principal que permanece para siempre; es cercanía de Dios que es amor, al que se le conoce cuando se ama a los demás, con amor preferencial por los más pobres y despreciados: como Él».