El Papa a las familias numerosas: «¡Qué grande es el milagro de un hijo!» - Alfa y Omega

El Papa a las familias numerosas: «¡Qué grande es el milagro de un hijo!»

El Papa Francisco celebró la fiesta de la Sagrada Familia con las familias numerosas de Italia. Ante miles de niños, el Santo Padre subrayó que «cada uno de sus hijos es una creatura única que no se repetirá nunca más en la historia», y pidió a los Gobiernos más ayudas para estas familias que tanto aportan a la sociedad

María Martínez López

Ante miles de familias numerosas, el Papa Francisco subrayó el pasado domingo que «cada uno de sus hijos es una creatura única que no se repetirá nunca más en la historia. Cuando se entiende esto, es decir, que cada uno ha sido querido por Dios, ¡nos quedamos sorprendidos de lo grande que es el milagro de un hijo! ¡Un hijo cambia la vida!». Se lo decía a los miembros de la Asociación Nacional de Familias Numerosas de Italia, que ha cumplido 10 años y había querido celebrar la fiesta de la Sagrada Familia con el Santo Padre.

El Santo Padre comenzó sus palabras bromeando: «Una curiosidad. Díganme: ¿A qué hora se han despertado hoy? ¿A las seis? ¿A las cinco? ¿Y no tienen sueño?». A continuación, subrayó que las familias habían acudido «con los frutos más bellos de su amor. La maternidad y la paternidad son dones de Dios, pero recibir este don, maravillarse de su belleza y hacerlo resplandecer en la sociedad, esto es su tarea».

A los niños presentes, les dijo: «Sois únicos, pero no solos. El hecho de tener hermanos os hace bien: los hijos de una familia numerosa son más capaces de comunión fraterna desde la primera fase de la infancia». En este sentido, añadió que «en un mundo marcado frecuentemente por el egoísmo, la familia numerosa es una escuela de solidaridad y de convivencia; y estas actitudes luego son un beneficio para toda la sociedad».

«Las instituciones públicas no siempre los ayudan»

El Papa continuó dirigiéndose a los niños, diciéndoles que son los frutos de un árbol cuyas raíces son los abuelos y cuyo tronco son los padres. «Por esto es muy importante la presencia de los abuelos: una presencia preciosa sea por la ayuda práctica, sea sobre todo por el aporte educativo. Los abuelos cuidan en sí los valores de un pueblo, de una familia, y ayudan a los padres a transmitirlos a los hijos. En el siglo pasado, en muchos países de Europa, han sido los abuelos a transmitir la fe: ellos llevaban a escondidas al niño a recibir el bautismo y transmitían la fe».

A los padres, el Pontífice les agradeció «el ejemplo de amor a la vida, que ustedes cuidan desde la concepción hasta el fin natural, a pesar de todas las dificultades y lo pesado de la vida», aunque «lamentablemente las instituciones públicas no siempre los ayudan a llevar adelante». Por eso, pidió, «pensando también en la baja natalidad, una mayor atención de la política y de los administradores públicos» hacia las familias numerosas. También mostró su gratitud a las asociaciones que representan a estas familias, y a los movimientos eclesiales donde éstas viven su fe.

El Papa terminó su discurso recordando y prometiendo sus oraciones «por las familias más afectadas por la crisis económica, aquéllas donde el papá o la mamá han perdido el trabajo, donde los jóvenes no logran encontrarlo»; y también por aquéllas «heridas en sus sentimientos y tentadas de rendirse a la soledad y la división».