Carta a mi bebé que se fue al cielo: «Has valido la pena» - Alfa y Omega

Carta a mi bebé que se fue al cielo: «Has valido la pena»

Impactante testimonio de una mamá cuyo bebé, enfermo, murió al poco de nacer

Aleteia

Muchas mujeres embarazadas reciben la terrible noticia de que su hijo viene con alguna malformación o problema de salud. ¿Qué hacer? ¿La salida es el aborto? ¿Es una «injusticia» seguir adelante con el embarazo, como dicen muchos profesionales sanitarios?

Cuando les dijeron a Alfonso y Susi, un matrimonio español que su pequeño Ismael venía con cardiopatía grave y que no iba a vivir, el golpe fue tremendo. Pero aceptaron esto como voluntad de Dios, y siguieron adelante con el embarazo, a pesar de las fuertes presiones para que abortaran. Finalmente, Ismael vino al mundo, el 8 de diciembre, fue bautizado y, después de dos días, murió tranquilito junto al corazón de su mamá.

Ella le ha escrito esta carta:

Mi pequeño gran Ángel, Ismael.

Tu paso por nuestras vidas ha sido un brisa suave. He sido afortunada de llevarte estos 7 meses en mis entrañas, sufrir contigo y por ti, rezar a Dios por no tener que despedirme nunca de ti. Amarte sin importarme como serias, acompañarte sabiendo lo que me iba doler tu pérdida.

Naciste el día de la Inmaculada y te fuiste con la Virgen de Loreto. Ahora que ya no te siento dentro de mi, ni puedo volver a tomarte en mis brazos, volver a besarte… el dolor y el vacío de mi corazón es inmenso. Pero volvería a pasar de nuevo por todo esto, el conocerte, el amarte, el esperar sin esperanza… el acunarte en mis brazos y bañar tu pequeño rostro de lágrimas.

Has sido una bendición para nosotros, nos has dado una lección de amor de sencillez de humildad, de lucha por la vida y de entrega impresionante. Cuando al cogerte en mis brazos , abriste tus pequeños ojos para mirarme, me demostraste que todo ha valido la pena. El dolor que siento ahora es muy fuerte pero el amor que te tengo es mayor. Me siento la madre mas afortunada del mundo por haber tenido un hijo como tú.

¡Que grande has sido y que pequeño a la vez! Siempre estarás en nuestro corazón. Mi mayor consuelo es saber que algún día volveré a estar contigo y que esta vez para siempre. Te quiero hijo de mi alma. ¡Cuanto fruto ha dado tu corta vida, mi amor!. Doy gracias ha Dios por pensar en mi para llevar a este Ángel en mi seno. Reza por nosotros hijo para que nunca nadie me quite de mi corazón este sello que tu me has dejado.