Servir es amar - Alfa y Omega

Hablar de periferias es hablar de hombres y mujeres que se encuentran tirados a ambos lados del camino y esperan la mano amiga de otros que se han dado cuenta de que merece la pena hacer un alto en el camino y dedicar un poco de tiempo a ayudar y socorrer a esas personas. Hablar de periferias es también pensar, mirar, agradecer y animar a tantos voluntarios que han comprendido que servir es la mejor manera de amar.

Este es el lema del comedor Ave María, y lo hacen realidad los 200 voluntarios que dedican un poco de su tiempo a servir a los necesitados que allí acuden. Estas líneas quieren ser un sincero agradecimiento a todos los que hacen posible que cada mañana siga realizándose en el comedor el milagro de puertas que se abren para acoger y dar motivos de esperanza. Gracias por vuestra ayuda y por ser capaces de mirar a los ojos a tantas personas que no cuentan y que necesitan ser atendidas, comprendidas respetadas y queridas. Gracias por transmitirles ilusión y cariño. Porque aunque no tengamos muchas cosas que dar, les damos, aparte de un poco de alimento, el amor y la comprensión de Alguien que nunca falla, Jesús de Nazaret. Se lo decía el Papa a los presos de la cárcel de Palmasola, en Bolivia, el año pasado: «No tengo mucho para darles u ofrecerles, pero lo que tengo y lo que amo, sí quiero dárselo, sí quiero compartirlo: Jesucristo, la misericordia del Padre».

Hoy más que nunca nuestro mundo necesita hombres y mujeres entregados y generosos, que hablan no con palabras sino con gestos de entrega, de servicio y de amor, que enseñen a valorar a los demás por lo que son y no por lo que tienen. Solamente así podremos empezar a construir un mundo que sea lugar de encuentro entre hermanos, donde el amor sea la única forma de vida. Y cada uno de vosotros estáis colaborando a hacer realidad este mundo utópico. Vosotros estáis diciendo que merece la pena compartir y dedicar algo de tiempo a los demás. Vosotros hacéis posible que esa utopía de vivir el amor compartido y entregado sea una realidad en el comedor. Gracias.