Sol y lluvia en el encuentro de españoles previo a la JMJ de Cracovia - Alfa y Omega

Sol y lluvia en el encuentro de españoles previo a la JMJ de Cracovia

Como aperitivo a la JMJ, cerca de 9.000 peregrinos españoles celebraron la fiesta de Santiago Apóstol en el santuario de Jasna Góra, en Czestochowa. Presidió la Misa el cardenal Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). La JMJ de Cracovia –aseguró– será «un foco de fe y de esperanza, de evangelización y humanización»

Pablo H. Breijo
Jóvenes peregrinos españoles en Czestochowa. Foto: Pablo H. Breijo

Amanece en Czestokowa y ya algunos grupos de peregrinos españoles visitan el santuario de Jasna Gora para rezar ante la talla de la Virgen María tan venerada por san Juan Pablo II. La mayoría salió de madrugada en autobús desde los lugares donde han vivido los Días en las Diócesis. Es lunes 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol, y los jóvenes de nuestro país que participan en la JMJ de Cracovia han venido a celebrar el día del patrón de España al corazón católico de Polonia.

A mediodía, la explanada trasera del santuario mariano ya habla español en un noventa por ciento. Los peregrinos llegan con cuentagotas a Czestokowa. Los jóvenes de las diócesis de Córdoba y Getafe arman lío entonando canciones guitarra en mano mientras los «centinelas» de la Renovación Carismática Católica cantan y hacen bailes.

Los obispos de Madrid, Cuenca, Guadix, y Mondoñedo-Ferrol, durante la Misa de los jóvenes españoles en el santuario de Czestochowa, el 25 de julio. Foto: Pablo H. Breijo

«Estos encuentros fortalecen tu fe»

El grupo de la diócesis de Cartagena-Murcia ha recorrido más de 40 horas en autobús. Son unos 80 chicas y chicos y vienen con mucho ánimo. «Este encuentro es muy bonito porque aparte de ser un viaje duro hemos estado muy unidos con los españoles que nos hemos ido encontrando por el camino, es un momento de unión para todos», explica Javier de Lara mientras sostiene una bandera de Murcia izada en un mástil.

Unas sillas más adelante está un grupo que porta la ikurriña junto a la bandera española. La ondea Brian Alexander Cabrera, un joven ecuatoriano que reside en Madrid pero que viaja con la diócesis de Vitoria. «Es la primera vez que vengo y la verdad es que me encanta, es una experiencia increíble. Quiero saber dónde es la próxima JMJ porque también iré», afirma.

El grupo de Granada se arranca con una sevillana mientras el resto de españoles que hay en la explana trasera del santuario les acompaña con palmas. «Es impresionante, hay jóvenes de todas las partes de España, cantando, divirtiéndonos, es tremendo», destaca el joven granadino Rafael Correa, quien asegura que su grupo ha venido en furgonetas desde Andalucía. «Es un viaje bastante intenso. Espero que la JMJ sea un encuentro con los cristianos de todo el mundo. Espero mucho. Es la primera vez que vengo a la Jornada Mundial de la Juventud, me anima mucho ver a tanta gente y tan unidos», indica.

Es la una de la tarde y ya se pueden ver banderas de muchas comunidades autónomas españolas. Extremadura, Cataluña, La Rioja, Galicia… Marta Coronado viene desde Valencia. Es su segunda JMJ porque ya participó hace tres años en la de Río de Janeiro, en Brasil. «Me parece increíble, me gusta un montón, me hace mucha ilusión ver a todos los españoles. Estos encuentros fortalecen tu fe porque ves que hay más gente que piensa como tú. De esta JMJ no espero nada en concreto porque el Señor te trae lo que necesitas».

Coreografía de Hoy ya soy feliz, himno oficioso de los españoles en la JMJ

Misa con el cardenal Blázquez

A las 14:30 y tras haber caído unas gotas de agua que han hecho que los peregrinos saquen sus chubasqueros, da comienzo la Eucaristía presidida por el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Un coro compuesto por jóvenes de diferentes partes de España entona la versión en español del himno de la JMJ 2016. La explanada completa, sacerdotes y obispos cantan el estribillo que dice «Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia».

En su homilía, el cardenal Blázquez afirma que «la jornada mundial de Cracovia será sin duda un foco de fe y de esperanza, de evangelización y humanización. Estamos seguros de que el espíritu de familia en la fe, que en otras jornadas hemos compartido, alentará también estos preciosos días».

Ha salido el sol y los sacerdotes y obispos se cubren con unos paraguas que les ha facilitado la organización. Según la Conferencia Episcopal Española, a la Eucaristía acuden más de 8.000 jóvenes. La inmensa mayoría ha dormido en saco de dormir en pabellones deportivos y en casas de familias polacas.

«Es saludable peregrinar para desentumecer nuestros cuerpos y despertarnos del sopor espiritual. Si alguien nos dijera que en la comodidad consiste el sentido de la vida y la autentica felicidad, no lo creamos», pide el cardenal.

El presidente de los obispos españoles recuerda que se cumplen 25 años de la JMJ de 1991 en Czestokowa y habla a los jóvenes de la necesidad e importancia de la evangelización. «Aprendamos a vivir en la escuela del Evangelio, caminemos junto con otros hermanos. Sin cultivar la fraternidad en la fe se pone en peligro la continuidad de la iniciación cristiana y del seguimiento de Jesús», señala. Y antes de concluir sus palabras recuerda que «no podemos evangelizar sin la compañía y la intercesión de María. No se transmite a Jesús, el Evangelio en persona, sin la Madre que lo dio a luz en Belén».

Continúa la liturgia y tras la consagración, que es acompañada del sonido de la campana del santuario, la canción de la comunión une en una sola voz a todos los peregrinos gracias al canto «Pescador de hombres». Y como culmen, tras la bendición final, más de 8.000 almas entonan la Salve Rociera que arranca oles y palmadas dedicadas a la Virgen de Czestokowa.

Un momento de la homilía del cardenal Blázquez. Foto: Pablo H. Breijo

Hoy ya soy feliz

Finalizada la Misa, a las cuatro de la tarde y con el cielo nublado pero con sol comienza el festival en la voz del sacerdote Toño Casado, quien anima a todos los grupos y canta Hoy ya soy feliz, himno oficioso de los españoles para la JMJ. Le sigue Raúl Tinajero, responsable de pastoral juvenil de la CEE, que dedica unas palabras de agradecimiento a los paulinos responsables del santuario. Tras esto, arrancan las actuaciones musicales de la mano del padre Damián, sacerdote redentorista que participó en el programa musical La Voz, en Telecinco. Con el tema musical Story of my life y bajo una fuerte lluvia hace saltar y bailar a todos los peregrinos. «Un aplauso para este Dios tan inmenso y tan bueno», exclama el padre Damián ante los aplausos de los presentes.

Empieza el turno de los testimonios con Teresa Rodríguez, una joven de 19 años que ha llegado a Czestokowa desde Toledo. «Mi testimonio es sencillo, es contar cómo el amor de Dios me ha ido enamorando poco a poco. Yo no tengo una gran conversión, solo poco a poco desde pequeña ha ido creciendo mi amor a Dios», explica ante miles de peregrinos que están cubiertos con sus chubasqueros aguantando el chaparrón que cae del cielo.

Tras el testimonio de Teresa se acerca al micrófono el cordobés Jesús Cabello. Guitarra en mano y con mucho arte andaluz canta varias canciones. Pese a la ya incesante lluvia, los peregrinos españoles –sobre todo los de Andalucía– cantan bien fuerte los temas de Cabello. No deja de caer agua sobre el santuario de Jasna Gora y muchos jóvenes deciden correr hacia sus autobuses para no mojarse demasiado.

Jóvenes durante la Misa de peregrinos españoles el lunes en Czestochowa. Foto: Pablo H. Breijo

Los valientes peregrinos que resisten las condiciones meteorológicas escuchan los testimonios de otros dos jóvenes españoles. Luis Casarrubios, un joven de Toledo estudiante de telecomunicaciones sube al escenario para explicar la diferencia de vivir sin y con Jesucristo. «Yo antes era un chaval que, por determinadas circunstancias de la vida y tras unas experiencias bastante desagradables, perdí la perspectiva de mi propia vida hasta que hice un cursillo de cristiandad al que me invitó mi madre. Eso supuso conocer a Cristo y seguirle. Cambió mi vida».

También habla Rocío Gómez, una sevillana de 26 años que no quería viajar a Cracovia para participar en la Jornada Mundial de la Juventud pero al final decidió cambiar de idea. «Estoy pasándolo un poco mal en mi casa y he tenido una pequeña crisis. He venido para fortalecer mi fe. Quiero decir a todo el mundo que la JMJ es importante para reforzar la fe», explica.

Jóvenes durante la Misa de peregrinos españoles el lunes en Czestochowa. Foto: Pablo H. Breijo

Parece que escampa aunque sigue amenazando lluvia sobre Czestokowa. Mientras sigue sonando la música, miles de jóvenes hacen cola para recoger su bolsa de comida. Un picnic que contiene comida energética y que algunos peregrinos devoran antes de tomar el autobús de camino al que será su alojamiento hasta el final de la JMJ. Un día de sol y lluvia en el santuario de Jasna Gora en el día del patrón de España.