La catedral que acoge al disidente chino - Alfa y Omega

La catedral que acoge al disidente chino

La catedral de Cuenca acoge desde el 26 de julio al 6 de noviembre la muestra La poética de la libertad, enmarcada en el IV centenario de la muerte de Cervantes. Contará con una instalación del disidente y artista chino Ai Weiwei

Cristina Sánchez Aguilar
Imagen del interior de la celda titulada Cena, parte de la instalación del artista chino Ai Weiwei en la catedral de Cuenca. Foto: Exposición La poética de la libertad

Es uno de los artistas asiáticos más internacionales, con años de trabajo a sus espaldas como activista contra la corrupción del Gobierno chino y su más que cuestionable respeto por los derechos humanos. Ha sido encarcelado durante 81 días, acusado de delitos económicos. Se ha permitido rechazar propuestas para exponer sus obras en el Museo Metropolitano de Nueva York o en el Centro Pompidou de París. Pero aceptó Cuenca, su catedral y, concretamente, el claustro de la misma. «Ai Weiwei no es un autor expresamente religioso, pero es respetuosísimo con la tradición, con el arte, con la cultura de un país. Por eso le cautivó la idea de exponer en un claustro del siglo XVI», afirma Miguel Ángel Albares, capellán mayor de la catedral de Cuenca y uno de los impulsores de La poética de la libertad.

Si a Ai Weiwei le quedaba alguna duda, saber que su instalación iba a complementar una muestra sobre Cervantes le convenció del todo. «Esta exposición es el acto central de Castilla-La Mancha por el IV centenario de la muerte de nuestro escritor más internacional. Queremos destacar de él su búsqueda de la libertad, reflejada en sus escritos durante el cautiverio en Argel y por supuesto en el personaje del Quijote, símbolo universal del hombre libre que persigue sus sueños», explica Carlos Aganzo, uno de los comisarios de la muestra y director de El Norte de Castilla.

Seis etapas del encarcelamiento

Si el Quijote es el paradigma de hombre libre en la literatura, su alter ego de carne y hueso en el siglo XXI es el disidente chino. «La persecución a la que está sometido Ai Weiwei en su país ha provocado que sus obras de arte sean un símbolo de protesta y lucha por la libertad», añade Aganzo. S. A. C. R. E. D., la instalación que podrá contemplarse en el claustro de la catedral conquense, se compone de seis celdas tituladas Cena, Acusadores, Limpieza, Ritual, Entropía y Duda.

Las jaulas tendrán una pequeña abertura por la que se podrán asomar los espectadores; dentro verán una serie de figuras hiperrealistas que representan al artista y sus captores durante las diferentes etapas del encarcelamiento, desde que es conducido a la cárcel hasta el interrogatorio. «Ai Weiwei relata en la instalación momentos íntimos y cotidianos del cautiverio y otros más humillantes, como cuando se veía obligado a usar el inodoro o a lavarse bajo la mirada de sus captores», señala el co-comisario.

Complementa la exposición una instalación del otro comisario, Florencio Galindo, artista abulense que ha elegido para la ocasión su Laberinto del dictador, una gran alambrada «que representa cómo los hombres ponemos alambres a la naturaleza. También simbolizan el grito de libertad de los refugiados en Europa», afirma Aganzo.

Cuenca informalista

Cervantes, Ai Weiwei y la alambrada de Galindo se complementan con la tercera exposición que construye La poética de la libertad, titulada Alta expresión. Autores como Martín Chirino, Francisco Farreras, Luis Feito o Rafael Canogar, figuras esenciales del movimiento informalista español, no podían faltar en una muestra de este calado en el año en el que el Museo de Arte Abstracto de Cuenca celebra su 50 aniversario.

«Es una excelente ocasión para contemplar las obras, bocetos, ideas y procesos de creación de unos artistas que lucharon por romper el cautiverio ético e intelectual de la época», explica Carlos Aganzo. Mientras el arte abstracto se extendía por todo el mundo, en España «se había instalado una autarquía que atenazaba la creación artística. El régimen de Franco fue beligerante con las manifestaciones artísticas que hablaban en un lenguaje desconocido y subversivo –la abstracción– de un concepto prohibido: la libertad», se lee en el dosier de presentación.

La catedral como contexto

Tres historias de lucha en tres contextos históricos diversos se dan cita entre los muros de la histórica catedral conquense. «Puede parecer rompedor dar cabida a una exposición como esta en el templo diocesano, pero la realidad es que ser un espacio de diálogo entre creyentes y no creyentes está en la esencia de lo que ha sido siempre una catedral», afirma el capellán mayor.

El objetivo del Cabildo catedralicio y el obispo, que aprobaron unánimemente el proyecto, «es establecer lo que Benedicto XVI llamó el atrio de los gentiles. Queremos ser un lugar donde se agolpe gente de toda raza, cultura y religión para generar un diálogo fructífero». La catedral es, en primer lugar, un espacio sagrado, «y por eso la exposición no estará en las zonas de culto. Solo se utilizará la nave norte, el claustro y la sala capitular». Pero no podemos olvidar que «cada vez acceden más creyentes y no creyentes a admirar el arte que atesoramos». Por eso, concluye Miguel Ángel Albares, «queremos establecer una conversación con los espectadores sobre algo que está en la base de la misma humanidad, que es la libertad. Más en estos tiempos que corren, en los que está tan amenazada».