Houston, aquí Base Tranquilidad - Alfa y Omega

Houston, aquí Base Tranquilidad

La madrugada del 21 de julio de 1969 el hombre –representado en ese momento por el astronauta Neil Armstrong– ponía un pie en la Luna. Seis horas y media antes el módulo lunar Eagle se había…

Rosa Cuervas-Mons
Foto: NASA.gov

La madrugada del 21 de julio de 1969 el hombre –representado en ese momento por el astronauta Neil Armstrong– ponía un pie en la Luna. Seis horas y media antes el módulo lunar Eagle se había posado sobre el satélite llevando con él a Armstrong y a Buzz Aldrin. «Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha alunizado», comunicaban a la Tierra. A poca distancia, desde el módulo de mando Columbia, Michael Collins observaba la operación dispuesto a llevar de vuelta a casa a sus compañeros. El mundo entero volvía su mirada hacia las televisiones, todavía incrédulo ante la proeza espacial.

Más de cuatro décadas después, y sabiendo ahora que la tecnología con la que la NASA llevó al hombre a la luna no superaba a la de cualquier teléfono móvil de los que ahora manejan adolescentes, la hazaña se torna todavía más espectacular. Era la conquista del espacio.

Ellos desde la superficie lunar; él desde el despacho oval de la Casa Blanca, Nixon se dirigía así a los héroes: «Hola Neil y Buzz. Seguramente esta sea la llamada telefónica más importante jamás hecha porque, gracias a lo que han conseguido, desde ahora el cielo forma parte del mundo de los hombres y, como nos hablan desde el mar de la Tranquilidad, ello nos recuerda que tenemos que duplicar los esfuerzos para traer la paz y la tranquilidad a la Tierra. En este momento único en la historia del mundo, todos los pueblos de la Tierra forman uno solo».

Cuarenta y siete años después de aquella conversación, el aniversario de la llegada del hombre a la Luna se disputa unas líneas de periódico con la implacable actualidad: las víctimas del ataque terrorista de Niza; los muertos y detenidos en el golpe de Estado de Turquía; las familias del tiroteo de Dallas; los millones de desplazados por la guerra de Siria… Cuarenta y siete años después estamos muy, muy lejos de la paz y la tranquilidad y muy, muy lejos de sentirnos un solo pueblo. Triste aniversario este en el que la palabra tranquilidad no puede aplicarse más que a un mar a 384.000 kilómetros de distancia.