Y el Verbo se hizo… oír - Alfa y Omega

Y el Verbo se hizo… oír

La catedral y los seis templos románicos más importantes de la diócesis zamorana contarán con un sistema de pulseras culturales para aprovechar el potencial apostólico del arte

José Antonio Méndez
Actuación de La Grande Chapelle y Schola Antiqua, en el VIII festival de música Pórtico de Zamora. Foto: J. Lleal

«El fin último de todo el arte sacro es evangelizar, anunciar la Buena Noticia de que Jesús ha resucitado a quienes no lo hayan escuchado o hayan perdido la fe, y catequizar a los que están dentro de la Iglesia. Por eso trabajamos en esto». Lo dice José Ángel Rivera, delegado de Patrimonio y Cultura de la diócesis de Zamora. Con «esto», se refiere al esfuerzo que el Obispado zamorano lleva varios años realizando para aprovechar al máximo el potencial apostólico de todo su patrimonio histórico y artístico. Un esfuerzo que se traduce en iniciativas como las que la diócesis castellanoleonesa acaba de poner en marcha de cara a la campaña turística del verano: un ciclo de conciertos evangelizadores en la catedral, y un novedoso sistema de pulsera cultural y audioguías que estará disponible en las seis iglesias románicas de la capital.

La explicación profunda

«El arte sacro –explica Rivera a Alfa y Omega– es la expresión plástica de nuestra fe. Todo lo que creemos, lo que celebramos y lo que intentamos vivir los católicos, desde hace siglos hasta hoy, es lo que se plasma en las distintas disciplinas artísticas. Es lo que les da sentido. Por eso, un turista que venga a Zamora y solo vea iglesias románicas o retablos sin que nadie le explique el mensaje profundo de fe que encierran, que muestran y que les da su origen, no puede entender de verdad lo que está viendo».

Historia, arte y catequesis

Para evitar que ese mensaje se pierda, la diócesis ha preparado un completo sistema de audioguías de contenido histórico, artístico y catequético, que recorre los principales templos románicos de la ciudad: las iglesias de San Ildefonso, La Magdalena, San Andrés, Santa María la Nueva, San Cipriano y San Juan.

Por cinco euros (gratis para los menores de 12 años), cualquier persona puede obtener en las taquillas de la catedral una pulsera cultural que permite el uso de estas audioguías en cualquiera de los seis templos. Si alguien desea visitar uno solo, puede hacerse con una audioguía por únicamente un euro y medio.

«Con las audioguías se explica al visitante el edificio, los retablos y las imágenes principales, junto al contexto histórico y artístico. Y también se cumple una misión de servicio, poniendo al hombre de hoy ante el imperecedero mensaje de fe de esas obras», señala Rivera.

Conciertos para oír la fe

La otra apuesta cultural de la diócesis para este verano es el ciclo de conciertos Domo Musical, que tendrá lugar los días 15, 22 y 23 de julio en distintos espacios de la catedral.

La soprano María Espada, el pianista Kennedy Moretti, el arpista Manuel Vilas, la cantante alemana Maria Jonas o el grupo internacional La Grande Chapelle –un conjunto vocal e instrumental de música antigua, que ya actuó en la ciudad en 2010, en el festival Pórtico de Zamora– interpretarán piezas sacras de los maestros del Renacimiento y el Barroco, otras del antiguo rito hispano, e incluso obras medievales compuestas por santa Hildegarda de Bingen. La venta de entradas, a diez euros, ya está disponible en el museo catedralicio.

Como aclara el delegado de Cultura, no se tratará de conciertos al uso: «Las catedrales tuvieron un pasado esplendoroso en cuanto a la música. Los cantos de coro, la oración de los canónigos, etc., tenían como misión la alabanza a Dios desde la música. Y eso es lo que queremos propiciar: que la gente pueda conocer el patrimonio musical para elevar el alma a Dios».

Por ese motivo, cada concierto se desarrollará junto a imágenes y tallas que evocan el tema que se interpreta «y tras una presentación previa de los artistas, del contenido y también del mensaje de fe que se palpa en ese ámbito en el que nos encontramos», dice Rivera. Este año, por ejemplo, en el concierto del día 23, La Grande Chapelle interpretará una música de réquiem junto a una impactante talla barroca de Cristo yacente, cedida por la fundación Christus Yacens que, a su vez, sufragará los campamentos de verano de la diócesis a menores procedentes de familias necesitadas. Porque, como concluye José Ángel Rivera, «si la música que escuchamos y el ámbito en que lo hacemos nos eleva el espíritu, entonces nos lleva hacia esa belleza que de Dios procede y a Él nos conduce. No es que todo el mundo vaya a tener una experiencia como la de Paul Claudel, pero cada año hay personas a las que se les ensancha el corazón y salen con una mirada nueva hacia el mundo porque Dios se ha hecho oír en su corazón».