Daniel, el hijo pródigo que recayó en la droga - Alfa y Omega

Todavía recuerdo la primera vez que vi llegar a Daniel al comedor social. Daba un poco de miedo. Alto, con greñas, la mirada perdida y varios pendientes que perforaban su cara. Pero su comportamiento era muy normal. Nos dimos cuenta de que era una buena persona con muchas heridas de la vida.

Pronto abrió su alma y nos contó su trágica historia: los servicios sociales le habían quitado a su hijo y lo habían dado en acogida. Estaba intentando salir de la droga para recuperarlo. Le admitimos varios meses en la residencia para que dejara la calle. Mejoró muchísimo. Cada día se parecía más a alguien presentable. Le invitamos a un retiro espiritual sencillito. Cuando terminó nos decía: «Esto de la espiritualidad me hacía mucha falta».

Salió muy contento e ilusionado porque veía que podía alcanzar su objetivo: recuperar a su hijo pequeño. Poco después le invité a dar un testimonio de su vida en una parroquia. Al subirse al ambón y ver tanta gente que esperaba sus palabras, le dio vergüenza y se puso nervioso. De los cuatro papeles que tenía escritos, no pudo leer nada. Tan solo dijo: «Algunos dicen que la Iglesia es para los ricos y que es mala. A mí me ha ayudado mucho». Y no pudo seguir. Por el tono de voz, el aspecto y la emoción, la gente captó inmediatamente todo el drama de este hombre y explotó en una gran ovación. Fue el mejor testimonio que pudo haber dado. La Cruz Roja, que hacía su seguimiento de recuperación, nos llamó para informar que había dado un salto espectacular. No se explicaban su mejoría. Estaba casi recuperado. Todo eran felicitaciones. Él estaba exultante.

Pero en ese momento comenzó su caída. Lo notamos en comportamientos extraños, mentiras, incoherencias. No había duda: una nueva recaída en la droga. Ahora no sabemos donde está. Rezamos mucho por él. Si regresa, volveremos a empezar. La vida no es lineal. Hay hijos pródigos que se vuelven a perder. Estoy seguro de que Jesús sigue con él y no le abandona. Mi recuerdo y oración para Daniel.