Pan para el que tiene hambre - Alfa y Omega

Pan para el que tiene hambre

Los Hermanos de San Juan de Dios, en Ciempozuelos, son referencia nacional por la labor que llevan a cabo, desde 1876, a través del Centro de Salud Mental. Pero éste no es el único trabajo que realizan en el municipio madrileño: desde hace más de una década, el Centro reparte cajas de alimentos a cuantos se les acercan pidiendo ayuda. Esta iniciativa, sin embargo, se quedaba corta, más en el último año, en el que la afluencia se ha triplicado. Por eso, desde el pasado 2 de junio, un comedor social, con 24 plazas, está en marcha en un edificio aledaño al Centro de Salud

Cristina Sánchez Aguilar
En el nuevo comedor de Ciempozuelos

El Hermano Casimiro Dueñas es uno de los religiosos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios más implicados en el comedor que acaban de poner en marcha, y recuerda cómo, desde que él llegó a Ciempozuelos, hace ya 15 años, «repartíamos comida para todos los que venían pidiendo ayuda». Además, decidieron incrementar la ayuda y suministrar cajas de alimentos no perecederos: «Preparábamos cada 15 ó 20 días cajas con leche, arroz, pasta…, y si no teníamos, al menos, les dábamos cada día un bocadillo. Porque nosotros, cuando pedimos, somos recompensados, así que hacemos lo mismo con el que nos pide».

El motivo de poner en marcha un comedor fue que las peticiones de alimentos iban incrementándose, hasta desbordarse en el último año. El acceso al comedor se realiza a través de los Servicios Sociales de Ciempozuelos y Cáritas, porque los Hermanos quieren ayudar a quienes más lo necesitan en las 24 plazas que, de momento, tiene el comedor. «El perfil ha cambiado -señala el hermano Casimiro-, y ahora son familias españolas los que llaman a la puerta. Al comedor viene un matrimonio con dos hijos, de 4 y 6 años. Dos madres, de la mano de sus pequeños y con problemas de maltrato, también vienen cada día. La realidad es lamentable», asegura. La Orden tiene en mente, cuando económicamente pueda permitírselo, ampliar el servicio y proporcionar ropa, calzado y duchas.

Seis voluntarios diarios velan porque todo esté listo. Y no sólo reparten platos de lentejas: escuchan a todo aquel que, además de no tener comida, no tiene a nadie que se siente a compartir sus problemas. Ésta es la gran labor del comedor.

En torno a la Orden Hospitalaria, hoy se integran 1.300 Hermanos, 32.000 trabajadores, 8.000 voluntarios y más de 300.000 bienhechores. Además, están presentes en 50 países y realizan su labor a través de 293 obras.

En España, cuentan con 18 centros médicos; 7 centros de atención en salud mental y psiquiatría; 4 de intervención integral para mayores; 6 de educación especial y reinserción de personas con discapacidad; y 7 de rehabilitación psicosocial; así como albergues para transeúntes.