El demonio y su obra seductora - Alfa y Omega

El demonio y su obra seductora

José Francisco Serrano Oceja

Conviene recordar lo que escribiera san Juan Crisóstomo: «No es para mí ningún placer hablaros del demonio, pero la doctrina que este tema me sugiere será para vosotros muy útil» (MG 49,258). Útil es el libro del dominico Fray José María García Trapiello, que ha dedicado no poco de su tiempo a esta «síntesis, fruto personal de esta labor previa, (que) quiere ofrecer en estas líneas un esquema informativo del contenido doctrinal y pastoral de la tarea de exorcista».

Frente al silencio consciente y buscado sobre la acción del demonio en el mundo y dentro de la Iglesia, que especialmente ataca al don de la unidad; frente al silencio al que el demonio quiere someter su existencia y su obra, especialmente hoy en que la difusión de las formas diabólicas alcanza extremos insospechados; frente a esa otra forma de silencio, como secuestro de la verdad, que se da en las predicaciones en las que se hacen auténticos malabarismos para no hablar del demonio ni de sus actuaciones, ni de las tentaciones a que somete a las personas; este libro es elocuencia de una verdad que se ha formulado en la tradición, y que responde a una experiencia. Porque el demonio existe -dato de la Revelación, de la fe confesada y de la realidad como experiencia-; porque su acción es percibida; porque existe el Apocalipsis en la media en que existe el tiempo.

Fue Juan Pablo II quien dijera que «es preciso aclarar la recta fe de la Iglesia frente a aquellos que la alteran exagerando la importancia del diablo o de quienes niegan o minimizan su poder maligno» (13-VIII-1986). Hay quienes piensan que Satanás y los demonios serían solamente personificaciones míticas del mal y del pecado que oprimen a la Humanidad. Algunos consideran que, cuando Cristo se enfrenta a los demonios, se está confrontando con la creencia de sus contemporáneos, al menos en los modos de hablar. Hay quienes añaden que la fe en Satanás corresponde a un estadio religioso primitivo o infantil. Otros piensan que, en la lógica actual, las consecuencias de la fe en el diablo -posesiones, brujería, satanismo, prácticas mágicas, sacrilegios- descalificarían tal fe. También los hay que, sin entrar en discusión sobre la existencia del demonio, sea de ello lo que fuere, opinan que no conviene hablar hoy de Satanás, que no vale para nada, y que sólo crea dificultades innecesarias para la fe. En la Biblia y en la tradición es evidente que «Satanás no es una pieza adicional o secundaria que pudiese ser eliminada sin perjuicio de la Revelación. Es el elemento esencial del misterio del mal. Es, ante todo, el Adversario por excelencia. Afiliarse a Jesucristo implica el renunciar a Satanás», según afirma un autor teológico.

Este libro es una sencilla y clarificadora glosa de la doctrina asentada de la Iglesia sobre el demonio, y síntesis de los documentos y rituales de exorcismos, contextualizados con innumerables citas de autores que han abordado esta cuestión. Un libro serio que quiere hacer un bien en una cuestión especialmente grave en la actualidad.

Ministerio de liberación. El oficio de exorcista
Autor:

Fray José María

Editorial:

Editorial San Esteban