Quien se enriquece con el trabajo en negro es «una sanguijuela» y comete «pecado mortal» - Alfa y Omega

Quien se enriquece con el trabajo en negro es «una sanguijuela» y comete «pecado mortal»

Francisco lamentó que haya quien «mata de hambre a la gente con el trabajo para obtener beneficio», insistió en que eso es un «pecado mortal» y que se necesita «mucha penitencia para convertirse de este pecado»

Redacción
Foto: L’Osservatore Romano

El Papa Francisco afirmó este jueves que quien explota a la gente con el trabajo en negro es «una sanguijuela» y comete «pecado mortal», en la homilía de la Misa que cada mañana oficia en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta.

Francisco se inspiró en la primera lectura de la Misa del apóstol Santiago en la que lamenta cómo son tratados los campesinos que trabajan la tierra para afirmar que «cuando las riquezas se consiguen explotando a la gente (…) esa gente se convierte en esclavos». «Pensemos en lo que ocurre hoy en día aquí, pero pasa en todo el mundo. Quiero trabajar. Pues bien, te hacen un contrato de septiembre a junio. Sin cotizar, sin seguro médico y en junio se te acaba y en julio y agosto tienes que comer aire y luego te vuelven a contratar en septiembre», dijo.

Para Francisco, «estos son verdaderas sanguijuelas y viven de la sangre de la gente y crean esclavos del trabajo».

El Santo Padre recuerda que una chica le contó una vez que había encontrado un trabajo de 11 horas al día a 650 euros y en negro y que le dijeron que si no le parecían bien las condiciones pues que se fuera porque había más gente que lo quería.

El Pontífice afirmó en su sermón que se cree que la esclavitud no existe y sin embargo «está en nuestras ciudades», donde «se encuentran estos traficantes que tratan a la gente en el trabajo sin justicia».

Francisco lamentó que haya quien «mata de hambre a la gente con el trabajo para obtener beneficio», insistió en que eso es un «pecado mortal» y que se necesita «mucha penitencia para convertirse de este pecado».

Dijo que se trata de un «tráfico de personas», como el que afecta a prostitutas, niños o el trabajo infantil, pero que se le considera «más civilizado».

Efe / Redacción