Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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Primeras Comuniones

En el mes de mayo se celebra la mayoría de las Primeras Comuniones, concretamente en España unas 245.000 al año y, desgraciadamente, un buen porcentaje careciendo de la sencillez y dignidad sacramental. Me preocupa el boato social y la ostentación que surge en torno a la celebración de este sacramento, tanto que desvirtúa su sentido. Es una contradicción entre lo que se celebra y lo que se hace. ¿Es normal que una Primera Comunión pueda costar unos 3.000 euros? Hay que tomar conciencia de que la celebración de la Primera Comunión sea un encuentro con Jesucristo y no una simple ceremonia, y para ello se debe implicar la familia.

Alberto Álvarez Pérez
Sevilla

El misterio de la familia

Optando por Dios, que en el misterio inmenso de su amor y de su ser vive en familia, descubrimos el fascinante misterio de nuestras familias, en las que alcanzamos nuestro verdadero ser personal en el amor. Qué suerte poder tener en nuestras casas Dios es amor, La alegría del evangelio, La alegría del amor… Esforcémonos por valorar la realidad que aglutina y armoniza la razón, el sentimiento y la voluntad para no perder la brújula que puede acabar con el barco de nuestra aventura.

José Ignacio Braquehais
Valencia

¿Hijos comunitarios?

Ante la propuesta de Anna Gabriel, diputada de la CUP, arremetiendo contra la familia y proponiendo «tener hijos en común y que se eduquen en tribus», cabe exigirle sensatez y cordura a su señoría. Los hijos han de ser fruto del amor y de la relación estable entre un hombre y una mujer. El ser humano nace, crece y se forma en la familia, que es por propia naturaleza y vocación, ambiente de vida y de amor. Los ataques subliminales de los anuncios o declaraciones como la de la señora diputada tratan de desorientar a la sociedad través de ideologías alienantes de la persona humana. Los hijos no son productos culturales ni bienes comunitarios susceptibles de ser educados como se le antoje a doña Anna Gabriel. Es en la familia, y no en la tribu, donde el ser humano nace, crece y encuentra su identidad. Corresponde a los padres la educación de los hijos, y no a la tribu el adoctrinamiento de los mismos. Apelo a la razón frente a los despropósitos de ciertos políticos y poderes. No hay autoridad humana que pueda modificar la naturaleza del matrimonio y de la familia.

Carolina Crespo
Vigo