¿Cómo concilian las mujeres migrantes? - Alfa y Omega

Farzana ha tardado ocho años en reagrupar a su hija pequeña. Con el resto de sus hijos no ha podido hacerlo, porque sus condiciones de vivienda y salario no alcanzan el baremo exigido por la Ley de extranjería. El locutorio es el escenario de su cuidado maternal. Desde Skype revisa las notas de sus hijos, acompaña sus preocupaciones, ha conocido al novio de su hija mayor, sigue el proceso de incorporación de su hija a la universidad, y ha vivido la hospitalización de su madre.

La mayoría de las madres de locutorio son mujeres que han dejado de cuidar físicamente a los suyos para venir a cuidar a nuestros familiares, aunque sea en condiciones absolutamente precarias y de sobreexplotación, como sucede en la mayoría de los casos. ¿Cómo concilian las mujeres migrantes?

En el grupo Territorio doméstico hablamos constantemente de estas cosas. Muchas de nuestras compañeras tienen a sus hijos e hijas en sus países. De madrugada, hora española, enganchan con ellos a través de internet. Ellas son las protagonistas de las cadenas globales de cuidado. Mujeres que migran como estrategia de supervivencia para sus propios hogares, que asumen trabajos de cuidados en otros países y que, a la vez, dejan a los suyos en manos de otra mujer, de manera que el trabajo de sostenibilidad de la vida queda transferido en base a la categoría de estatus económico y raza. Un ejemplo muy gráfico son las mujeres argentinas, que cuando migran transfieren el trabajo de cuidados a las mujeres bolivianas. Es la cadena de la sostenibilidad de la vida, siempre sobre las espaldas de las mujeres e invisible en la lógica capitalista.

Pero estos días estamos también celebrando los avances en nuestra lucha por la ratificación del Convenio 189 de la OIT. Hace unos días, conseguimos avanzar la propuesta en el Parlamento Europeo, a partir de la presión de una delegación en Bruselas en la que participaron algunas compañeras, convencidas de que sin nosotras no se mueve el mundo y de que, aunque las políticas migratorias quieran brazos, llegamos personas.