Jorge Nuño, secretario general de Cáritas Europa: «La UE está fallando estrepitosamente» - Alfa y Omega

Jorge Nuño, secretario general de Cáritas Europa: «La UE está fallando estrepitosamente»

Cristina Sánchez Aguilar
Foto: Alfa y Omega

Europa es incapaz de hacer frente a la crisis de los refugiados. ¿Asistimos al principio del fin de la Unión?
La UE está fallando estrepitosamente, pero la crisis de los refugiados es un síntoma del problema de fondo. Asistimos a un momento en el que las instituciones cuestionan los mismos cimientos sobre los que se basa el proyecto europeo. Los padres fundadores hablaban de una comunidad de solidaridad y valores basada en los derechos humanos, en el servicio a las personas. Y todo eso se está poniendo en juego. Podríamos estar encaminándonos hacia un modelo de un club de gobiernos que solo quieren una zona de libre comercio y obtener una rentabilidad para sus países, en lugar de preocuparse por el bien común de todos los europeos.

¿A qué atribuye el levantamiento de vallas y muros en las fronteras? ¿Es una demanda de la opinión pública?
Muchos políticos van a remolque de las encuestas, esperan a ver qué dice la gente. Y sí, hay una parte de la sociedad que tiene miedo, muchas veces fomentado por los propios partidos. Un ejemplo es el Gobierno francés, que siendo socialista ha utilizado a veces un discurso de cierre de fronteras sin atender los derechos de las personas que huyen de la guerra. No podemos permitir que los intereses partidistas estén por encima del bien común. Alemania ha acogido a 1.200.000 refugiados el año pasado, y a casi otro millón de personas que han llegado de países europeos en crisis como España o Italia para buscar trabajo. Merkel ha asumido el reto, pero se ha quedado sola. ¿Cuál es el problema de acoger un millón de personas en una sociedad de 500 millones?

Países como Hungría o Polonia se niegan a aceptar cuotas de reparto de refugiados. ¿Cuál es el papel de la Iglesia en la UE ante esta ruptura de valores comunes?
Nuestra jerarquía eclesiástica europea debe dar esperanza a la sociedad y recordar a los políticos lo que es el bien común de todo un continente. En la práctica, la Iglesia está disponible en todos los países desde hace meses, con sus puertas abiertas para acoger a los refugiados. Pero como voz moral ante las crisis sociales, a la Iglesia en Europa todavía le queda un gran trayecto por delante, y ahora más que nunca es necesario motivar a los obispos para que se entusiasmen por Europa. Un obispo europeo me preguntaba si realmente la Iglesia iba a ser escuchada en estos tiempos de laicismo. Mi respuesta fue que sí, que tiene mucho que decir. Se ve claramente con el Papa: la gente escucha cuando alza la voz y defiende a los más débiles. Quiero destacar el discurso del Papa al recibir el Premio Carlomagno por la unidad europea: un discurso de exigencia moral, pero lleno de esperanza a la vez.

Tenemos las puertas abiertas, pero no llegan refugiados…
Así es. Eso me decían en Polonia los obispos hace poco: que tenían hasta las sábanas puestas, pero no llegaba nadie. En Salamanca hay un montón de casas parroquiales disponibles. Pero las Cáritas también se están volcando en países donde sí llegan esos refugiados, como en Austria, donde Cáritas Viena ha reciclado para ellos una residencia de mayores en el centro de la ciudad y sostiene una empresa de inserción gestionada por 30 refugiados. Es solo un ejemplo entre miles. La Iglesia demuestra con la práctica que la integración de inmigrantes es posible.

Cada estado busca su propio interés nacional. ¿El europeísmo está en crisis también entre los ciudadanos?
Tenemos que hacer el esfuerzo de pensar por qué es importante que húngaros, alemanes, polacos, españoles, irlandeses… estemos juntos. Sería conveniente que toda la sociedad forme parte de un movimiento para decir que esta Europa es posible, que vale la pena. Es fundamental que nos impliquemos todos, porque lo que nos jugamos es demasiado serio para dejarlo solo en manos de los políticos. Europa es nuestro espacio natural para mostrar al resto del mundo que se puede convivir en diversidad. Imagine que este proyecto fracasara… ¡Compartamos ese sueño del Papa Francisco por une Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno sin olvidar los deberes para con todos!