«Las heridas sanan al ver familias cristianas» - Alfa y Omega

«Las heridas sanan al ver familias cristianas»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Un momento del encuentro de monseñor Osoro con los miembros de los COF. Foto: COF Covadonga

«Con el Papa Juan Pablo II y estos últimos Sínodos la Iglesia nos está alentando a descubrir que tenemos que hacer una promoción de la belleza de la familia cristiana», dijo monseñor Carlos Osoro en un encuentro con los miembros de los Centros de Orientación Familiar (COF) de la archidiócesis de Madrid, celebrado el 26 de abril.

Después de un análisis del delegado de Pastoral Familiar, Fernando Simón, sobre el contenido de la exhortación Amotis laetitia referido a la labor de los COF, el arzobispo de Madrid afirmó que «hay que atender a las familias que tienen problemas, atender a las personas que encontramos heridas por el camino, porque sería un pecado grave no hacerlo. Pero no solo tenemos que hacer eso: la Iglesia tiene que hacer un proyecto para dar a conocer que la familia cristiana no es una anécdota, sino la medicina más sanadora para el crecimiento del ser humano. El sacramento del matrimonio es una expresión maravillosa que comienza con dos personas que se quieren y se entregan totalmente el uno al otro sin condiciones, como la donación total y absoluta que el Señor nos ha enseñado en la Cruz. Esto es clave para entender la pastoral de la familia que debemos hacer».

«Es cierto que hay que atender todas las necesidades que se presentan en los COF –dijo monseñor Osoro– pero también hay que gastar muchos cartuchos en que los matrimonios con dificultades vean a otros matrimonios felices y digan: “¿Y nosotros por qué no?”. Es especialmente importante presentar a la familia cristiana frente a una familia en soledad, infidelidades y sufrimientos de cualquier tipo. Eso no quita que haya que apoyar, asesorar y curar las heridas como hacéis en los COF. Eso es importantísimo, porque hay heridas tremendas, pero esas heridas se curan también presentando hospitales preciosos» como la familia cristiana.

Además, monseñor Osoro alertó del riesgo de «insistir solamente en cuestiones doctrinales, bioéticas, morales…, sin motivar a la apertura a la gracia. Esto no significa cargarse ni la moral ni la doctrina, sino al contrario, significa alentarlas, pero con la gracia de Dios. Hace falta presentar un ideal del matrimonio no abstracto, no solo bien construido teológicamente, sino cerca de la situación concreta de las familias».

Como propuesta, monseñor Osoro recordó experiencias de Oviedo y de Valencia: «Se invitaba a las familias a celebrar la Eucaristía, se traía comida y se hacía una fiesta, algún matrimonio daba una charla especial… Eso da mucha alegría a la comunidad cristiana y a las familias. La familia hoy vive muy sola, y necesita estar junto a otras. Motivarnos a vivir esto es un camino de crecimiento». Además, la familia está llamada a «vivir y transmitir la fecundidad en el matrimonio, pero no solamente en los hijos, sino en toda la gente que tenemos a nuestro alrededor, porque no se trata de un amor para cerrarnos en nosotros mismos».

Que nos vean

Las familias en dificultades necesitan ver familias «que rezan juntos, que celebran juntos la fe, que se reúnen con otras familias, familias que evangelizan, que a veces no es solo dar charlas, sino que nos vean: como nos queremos, cómo trabajamos, cómo nos levantamos y vamos a Misa… Y si nos juntamos unos cuantos podemos hacer muchas cosas», afirmó.

En la actualidad hay doce COF diocesanos distribuidos por las ocho vicarías territoriales de la diócesis de Madrid, y ofrecen una atención integral y especializada a los problemas familiares en todas sus dimensiones. En ellos se prestan servicios de orientación familiar por parte de psicólogos, terapeutas de pareja y de familia, médicos, juristas y sacerdotes, con el objetivo de resolver problemas de comunicación, conflictos interpersonales y rupturas matrimoniales. Entre sus servicios también se encuentran talleres de formación, escuelas de padres, cursos de educación afectivo-sexual para jóvenes, enseñanza de métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad, acompañamiento a la mujer embarazada, así como el proyecto Raquel, que ofrece alternativas al aborto y un camino de reconciliación para aquellos que han sufrido sus consecuencias.