Damián María Montes: «No dejo de buscar formas de anunciar el Evangelio» - Alfa y Omega

Damián María Montes: «No dejo de buscar formas de anunciar el Evangelio»

Damián María Montes tiene 29 años y dos vocaciones, o una dentro de otra, como le gusta a él decir. Es sacerdote misionero redentorista y le gusta cantar y componer canciones. Es de Granada y lleva la pastoral en un colegio de Madrid. Se hizo famoso en el concurso La Voz. No lleva mal eso de salir en la tele. Cuando le queda algo de tiempo libre lee teatro y busca talentos por YouTube

Javier Valiente

¿La fama cuesta?
Qué va. ¡Lo que hace la tele! Sales por la calle y la gente dice: «Ese es el cura de La Voz», pero la vida es mucho más normal de lo que la gente piensa.

¿Qué hacía un religioso en un concurso de televisión?
Yo canto desde pequeño. Ha sido una historia vocacional, la de la música también. Empecé a cantar con mi abuela, que era cantaora de flamenco, hasta que en un momento pudo más la vocación religiosa.

¿Por qué redentorista?
Conocí a los redentoristas a los 16 años. En la catequesis de confirmación estuve en un grupo con ellos y a los 18 entré como postulante.

Sois conocidos por las misiones populares.
Nos gusta decir que nacimos para anunciar el Evangelio. Eso luego se ha materializado en España en la misión popular, pero no es la única manera de realizar nuestro carisma.

¿En la pastoral juvenil hay que cuidar el arte, la música?
Nosotros lo cultivamos. San Alfonso María de Ligorio, nuestro fundador, era músico y utilizaba pinturas en sus misiones. La música, la pintura, el teatro, siguen siendo para nosotros lenguajes para anunciar el Evangelio.

El que canta y reza, reza dos veces.
Lo tengo claro. Este año he vivido historias muy bonitas, en el sentido de buscar más profundidad a mi vocación y, al mismo tiempo, enriquecerme más de la vivencia de la Iglesia a través de la música. He rezado mucho.

Yo cuando canto, desafino, ¿Dios me escucha?
Sí, claro que sí. En la parroquia ensayo con las personas un rato antes de la Misa, y les digo que si Massiel ganó Eurovisión cantando el La, la la, que no se preocupen si desafinan o no se saben la letra. Les pido que se animen a cantar, y si no afinan mucho, la persona que tienen al lado les ayudará.

¿Dios es música?
Hay un libro que se llama así, y me gusta mucho. Dios es música, porque tiene muchos conceptos que pertenecen a la definición de ambos. Dios es relación y la música también; Dios es silencio, y en la música el silencio es fundamental; es pasión, es ritmo, no es un Dios callado ni apático.

De tu paso por el programa La Voz, ¿qué te queda?
Sigo manteniendo la relación con ese ámbito de la música profesional, no solo yo, sino como opción de nuestra provincia. Me quedan muchos mensajes de personas que se han sentido tocadas por esa nueva presencia de la Iglesia. Me queda un sentimiento de familia muy fuerte con los compañeros del programa, con personas no creyentes, pero con las que he mantenido mucha relación este tiempo.

Evangelizar con la música…
Queremos buscar medios y presencias allá donde consideremos que puede ser bueno este lenguaje de la música para anunciar el Evangelio.

¿Cómo se concreta?
En un grupo juvenil, para no centrarlo todo en el padre Damián. Se llama The Beats (Latidos), y queremos hacer música de altísima calidad para colarnos como presencia de Iglesia en el ámbito más público y profesional. Nuestra música no es litúrgica. Pensamos que también puede ser nuestra aportación más genuina. Consideramos que falta un ámbito de del anuncio del Evangelio para jóvenes a través de la música, que cuando vayan en el metro, que puedan escuchar algo con un carácter más profundo pero al mismo tiempo alegre.

También ese mundo puede ser un lugar de periferia.
Sin duda. Para mí la pena es pensar que un sacerdote solo puede hacer música litúrgica, y que la música evangelizadora en sentido más amplio corresponde al ámbito laical. Yo como sacerdote me siento misionero, no puedo dejar de buscar nuevas formas para anunciar el Evangelio a la gente.

¿Qué busca ahora tu corazón?
Busca anunciar el Evangelio, es lo que pertenece a mi vocación más profunda.