Acaba de morir mamá Virginia, ¿cómo podéis seguir adelante? - Alfa y Omega

Acompaño en el tanatorio a Javier y sus hijos en la despedida de la mamá Virginia, que acaba de morir después de una prolongada enfermedad. Intento darles aliento a través de estas reflexiones.

«Ella pertenece a esa saga de mujeres sorprendentes que tienen la costumbre de dar sin llevar la cuenta, aportan lo mejor de sí mismas para hacer felices a los que les rodean, crean rincones de paraíso en nuestra tierra. Virginia ha sido el fuego que mantenía el amor en vuestra familia y en su trabajo en la tienda del barrio, donde dedicaba ternura y tiempo para escuchar, aliviar penas y enjugar lágrimas.

En sus momentos de dolores intensos y desánimo ha contado con presencias de ángeles que la confortaban, como el profeta Elías en su caminar por el duro desierto recibió pan y agua para poder llegar a la montaña de Dios. Javier y sus hijos, la habéis reconfortado con una dedicación total que resultaba conmovedora.

Tras su muerte, ¿cómo podéis seguir adelante? Os toca un complejo recorrido que queda iluminado por la escena del Evangelio donde se describen las reacciones de tres discípulos ante el sepulcro vacío de Jesús. Como María, volveréis junto a la sepultura para aliviar el desgarro de su ausencia, caeréis en la cuenta de que el sepulcro retiene sus restos, pero ella ha pasado más allá de la muerte.

Como Pedro, el otro discípulo, os haréis muchas preguntas: ¿Qué sentido tiene tanto afán en la vida para acabar en la muerte?, ¿cómo acostumbrarse a seguir viviendo sin la persona con la que hemos convivido tantos años, compartiendo tanto? Y con el paso del tiempo llegaréis como Juan, el discípulo amado, a ver con el corazón iluminado: “Es verdad, la muerte no tiene la última palabra, Virginia permanece amasada en nuestra carne y vive también en el corazón de Dios que, con su abrazo, la despierta de la muerte, la reviste de su vida inmortal y la acoge en su casa familiar para siempre, donde compartirá su gozo con todos los que la precedieron”. Ella, profundamente creyente, ha vivido prendida en esta confianza».