28.700 personas en Valencia comen gracias a los economatos - Alfa y Omega

28.700 personas en Valencia comen gracias a los economatos

Más de 30 años después de que la archidiócesis abriese su primer economato, estos centros de Cáritas se han extendido por todas la vicarías. Casi 8.000 niños se benefician directamente de su labor

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Dos voluntarias, en el economato de la Fonteta. Foto: Samuel Martos / AVAN

No paran de crecer. Los economatos, una especie de almacenes o supermercados de bajo coste en los que las familias con dificultades pueden comprar a precios muy reducidos, se han multiplicado en los últimos años en la Archidiócesis de Valencia, como respuesta de las parroquias ante la crisis económica.

Con la incorporación de los de Torrent y la Fonteta, los últimos en abrir su puertas en el mes de marzo, ya hay 54 repartidos por toda la archidiócesis, que atienden a las necesidades de 184 Cáritas parroquiales, a través de 340 hombres y 552 mujeres que participan como voluntarios.

Acceso con carnet

Para ser usuario de un economato es necesario contar con un carnet expedido por la Cáritas parroquial con el objetivo de evitar posibles abusos y, sobre todo, para hacer un seguimiento personal a cada familia. Actualmente hay 7.935 personas en posesión de un carnet, y como cada uno compra en su economato según el numero de miembros de su familia, Cáritas Valencia cifra el número de beneficiarios en 28.713, casi 8.000 (7.893) son niños.

Seguimiento personalizado

Cuando una familia acude a su economato, tiene ya asignada una cantidad fija de dinero para gastar al mes en función de su situación y del numero de miembros de la familia. Y con ella, compran lo que mejor consideran. Por eso es necesario hacer «un seguimiento familiar, visitándolos en sus casas para ver si va cambiando su situación, acogiendo a cada uno y dándoles una atención de calidad. Esto crea un gran ambiente familiar, porque se conoce la problemática de cada familia y se intenta, por todos los medios, que la ayuda vaya encaminada a su promoción y autorrealización», explica sor Victorina Castán, actual responsable del economato que las Hijas de la Caridad dirigen en la parroquia de Monteolivete.

Consejos nutricionales

El economato de la Fonteta quiere ir un paso más allá, dando consejos nutricionales para «ofrecer una educación en la alimentación, y que dentro de su libertad sepan elegir qué es más saludable y qué necesitan más. Por eso hay que evaluar la cesta de la compra de cada familia y explicarles que, por ejemplo, si es de cuatro miembros necesita un litro y medio diario de leche», señala Dolores Silvestre, voluntaria del economato y profesora de Nutrición en la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Aunque si algo caracteriza a los economatos es el cariño y el esfuerzo de los voluntarios por tratar a cada usuario conforme a su dignidad de hijo de Dios. Así lo explica Dolores Amaya, de 67 años, que con 600 euros al mes paga su hipoteca y saca adelante a su marido enfermo, a dos hijos que viven con ella y a dos nietos: «En la parroquia y en el economato se han portado muy bien conmigo, y el mes que me veo ahogada me pagan el agua. Menos mal que Dios me ayuda».

Recibos, alquileres, medicinas…

Este fue, precisamente, el primero de los economatos que se abrieron en Valencia en 1982. Y de las doce familias que atendieron aquel año han pasado a 60. «El 95 % de los que vienen están en situación precaria, y muchos en pobreza extrema –explica sor Victorina–. Así que además de la comida, se les cuida con pagos de suministros de agua, luz, comedores escolares, libros de texto, alquileres, farmacia…».

En 2011, Cáritas tenía registrados 30 economatos, y en cinco años la cifra casi se ha duplicado. El último ha sido el de la Fonteta, que acaba de abrir sus puertas en un barrio de acción preferente para Cáritas. Una gran pizarra con la palabra «Bienvenidos!!!» acoge a los nuevos usuarios, principalmente familias numerosas con problemas de paro y pobreza.

Familias como la de Joice Adu. Esta nigeriana de 36 años acude al economato con su bebé de tres meses, Clinton. Tiene otros tres hijos, de 2, 5 y 7 años. Salió de su país siendo niña, sola, y en circunstancias que no quiere recordar porque le afloran las lágrimas. Joice muestra su agradecimiento al economato porque «es mucho mejor poder elegir los productos que te gustan o que necesitas a que te los den en una bolsa». Y mientras lo dice, rellena su hoja de pedido en la que marca aceite, latas de sardinas, caballa, y leche, mucha leche.

Eva Alcayde. Valencia