Monseñor Osoro: «La vida no es cuestión de votos» - Alfa y Omega

Monseñor Osoro: «La vida no es cuestión de votos»

Ante la posibilidad de que el Gobierno paralice definitivamente la reforma de la ley del aborto, el arzobispo electo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, aseguró este sábado en la Cadena COPE que «la vida no es cuestión de votos, es un derecho que Dios mismo nos ha otorgado. A veces oscurecemos este don tan maravilloso»

Redacción

«La vida es un regalo de Dios. La vida no es cuestión de votos, es un derecho que Dios mismo nos ha otorgado, nos regala. A veces oscurecemos ese don tan maravilloso». Así respondía el sábado monseñor Carlos Osoro, administrador apostólico de Valencia y arzobispo electo de Madrid, a la noticia de que el Gobierno de Mariano Rajoy ha abandonado la reforma de la ley del aborto.

En una entrevista en Dos días contigo, de la cadena COPE, monseñor Osoro abordó la noticia publicada por El Mundo, afirmó que «nunca podemos pensar en dar solamente horizontes de muerte. Esto lo defiende cualquier ser humano desde muchas posiciones: con la vida no se juega. Y por tanto, el horizonte siempre tiene que ser dar posibilidades de vida; no construir un horizonte de muerte, que sabemos a donde nos lleva siempre».

El hasta ahora arzobispo de Valencia subrayó que, sobre este tema, «la Iglesia se ha pronunciado ya hace mucho tiempo, y lo sigue haciendo siempre». Recordando la visita, ese mismo día, del Papa Francisco al cementerio militar de Redipuglia, donde están enterrados miles de caídos en la I Guerra Mundial, monseñor Osoro subrayó: «Qué bonito es no destruirnos, sino construirnos. Máxime en mismo inicio de la vida, dar la posibilidad de que ese inicio alcance una plenitud maravillosa cuando aparece en este mundo y cuando tiene en este mundo todas las posibilidades».

Monseñor Osoro explicó que el don de la vida que hace Dios «expresa lo que es Dios mismo: es vida. Él mismo, cuando vino a este mundo, nos manifestó algo extraordinario: Él era el camino, la verdad y la vida. Y la vida adquiere la plenitud y la densidad, y la altura y la profundidad, cuando la observamos y la vivimos desde Dios mismo, que es quien nos la ha dado. Es algo maravilloso, porque Él nos ha hecho imagen y semejanza de Dios. Y el Nuevo Testamento nos dice, además, cómo tiene que ser esa imagen y semejanza de Dios: Dios es amor».

La vocación, «una aventura maravillosa»

La entrevista abordó otros temas relacionados con la vida de monseñor Osoro. Sobre su relación con los jóvenes, reconoció que «no sé si tengo buena mano con ellos. Lo único que sé es que siempre los he querido. Durante toda mi vida, primero como profesor, ya después como sacerdote y obispo, he querido mantener esta decisión que tan bellamente nos manifestó san Juan Pablo II y que han seguido tanto Benedicto XVI como Francisco. Éste nos decía que los jóvenes son esa ventana abierta al futuro».

Cuestionado sobre qué le diría a un joven sobre «qué sentido tiene prescindir de las chicas y entregar la vida entera a la vocación sacerdotal», el arzobispo electo de Madrid respondió que «primero, para hacerlo, hay que tener un encuentro realmente profundo con nuestro Señor». Si eso se ha dado, «le diría que nunca, nunca, cierre esa llamada que el Señor hace llegar al corazón para pedirle que le preste la vida entera para que Él, a través suyo, se haga presente en los caminos de este mundo entregando la alegría, la misericordia, la sanación que Jesucristo quiere seguir regalando a todos los hombres». Prestar la vida para esto «es una aventura maravillosa y llena de gozo la vida. Llena de gozo también poder ser alguien que construye una familia, que es la familia de los hijos de Dios».

Él mismo es ejemplo de cómo seguir esta vocación «llena de gozo» la vida. «Soy feliz, en el fondo de mi vida me siento muy feliz haciendo lo que estoy haciendo. No puedo decir que haya habido un momento de mi vida en el que, de fondo, me haya sentido infeliz. Al contrario, me siento muy a gusto haciendo lo que hago, y sabiendo que el Señor va delante de mí y que va diciéndome por dónde tengo que ir, y me consuela en los momentos en que las cosas no salen como yo quisiera… que a lo mejor es como él quiere».

«El currículum más bonito -dijo también- es el que va llenando Jesucristo. Cuando tenemos eso, tenemos un corazón para todos, misericordia para todos, capacidad de entrega y perdón para todos, capacidad para sentar a todos a mi mesa y poder compartir el poco o el mundo pan que tengamos. ¡Qué bonita es hacer esa carrera!».