Oficialmente, hay 18 refugiados sirios en España. Extraoficialmente, cientos de sirios atraviesan cada mes el territorio nacional sin ayudas oficiales de ningún tipo, durmiendo en la calle y comiendo gracias a la generosidad de la gente. Junto a ellos, llegan ciudadanos de otros países, huyendo de la violencia o el hambre. Se les criminaliza como inmigrantes ilegales. El jesuita Elías López acuñó en estas páginas el término refugiados de hecho, que son «aquellos que quedan fuera de la protección del Derecho Internacional a pesar de vivir una situación de miedo fundado a ser perseguidos injustamente».
Mientras la mayoría de españoles contempla por televisión el drama de los refugiados –de hecho o de derecho–, unas 400 personas de diversa procedencia ha formado en Madrid la Red Solidaria de Acogida para ofrecerles en sus casas techo y comida siquiera por un día, mientras continúan su viaje hacia Alemania o hacia otros países de Europa. Quizá sean solo gotas de humanidad en medio de un océano de indiferencia, pero gesto a gesto es como se construye un mundo mejor.