Fernando Giménez Barriocanal: «Los católicos tenemos que espabilar» - Alfa y Omega

Fernando Giménez Barriocanal: «Los católicos tenemos que espabilar»

José Antonio Méndez
Foto: Raúl Hernández

Algo más del 35 % de los contribuyentes marcaron la X de la Iglesia en la última campaña de la Renta. ¿A que atribuye ese respaldo social?
A que los contribuyentes, no solo los católicos, conocen cada vez más lo que la Iglesia realiza, y reconocen su labor. Cualquier persona pasea por la calle y se encuentra una parroquia abierta, y en la puerta, un pobre, y dentro, un sacerdote que le da un consejo y puede atenderle; y si va a pedir a esa parroquia, le dan lo que hay. Y esa misma persona se encuentra con que los colegios de la Iglesia son muy demandados porque transmiten valores que contribuyen a mejorar la sociedad; y con que la Iglesia mantiene un patrimonio al servicio de todos; y con el rostro más asistencial de la Iglesia; y con que, para muchos, la Iglesia ha sido la salvación de su vida. Cada día más personas se dan cuenta de esto, y aunque haya quienes no la quieren o la persigan, no conozco ninguna institución en España que tenga una adhesión de nueve millones de personas.

PSOE, Ciudadanos, Podemos e incluso el PP se han mostrado partidarios de revisar la financiación de la Iglesia, y algunos apuestan por eliminar la casilla de la Iglesia en la Renta. ¿Se plantea el escenario de la supresión de la X?
Nosotros nos lo planteamos todo siempre y estudiamos todas las situaciones. Pero si le digo la verdad, no estoy preocupado, porque la Iglesia no es una empresa. La Iglesia, con lo que recibe, da, y multiplicado. Si la Iglesia tiene más, dará más, y si tiene menos, dará menos. Esto no es una pugna política. Hay unos derechos que hay que defender, el primero, el ejercicio pleno a la libertad religiosa, y ahí estaremos. No obstante, estos anuncios tienen una parte muy positiva: los fieles tienen que espabilar y darse cuenta de que los principales responsables del sostenimiento de la Iglesia somos los católicos. No podemos seguir pensando que otros nos van a dar resuelto el que haya una parroquia abierta para que mi hijo haga la Primera Comunión. A veces estos anuncios provocan el efecto contrario a lo que buscan, y para nosotros son una oportunidad para concienciar a los católicos.

¿No está preocupado porque cree que no van a quitar la X o porque, si la quitan, ya tiene una alternativa?
No estoy preocupado porque creo, honradamente, que esta forma de financiación no es un privilegio, sino que deviene de un tratado internacional que tiene rango de ley orgánica, que fue aprobado con mayoría aplastante en el Congreso, y que cualquier modificación, en un proceso que tiene que ver con el derecho internacional, requiere de un ámbito de legalidad. Quitar la X no puede ser resultado de una pataleta. Tampoco estoy preocupado porque cuando hablas con quienes proponen esas cosas te das cuenta de que son más dialogantes. Pero si se diera esa supresión, tampoco estoy preocupado, porque la Iglesia no es una empresa y encontraría la fórmula para, con los recursos que tuviera, seguir haciendo el bien, en la medida que pudiera.

Dice que lo que recibe la Iglesia con la X es rentable incluso para quien no la marca…
Claro, porque gracias a esta casilla, la Iglesia desarrolla actividades que redundan directa e indirectamente en la sociedad en su conjunto y en los ingresos fiscales del país.

¿Por ejemplo?
Si gracias a esos 250 millones de euros que recibió en el último ejercicio, la Iglesia pone en marcha programas de mantenimiento del patrimonio histórico artístico que permiten que venga mucha más gente a España, ¿quién es beneficiario en Toledo, en Ciudad Rodrigo, en Granada, en Córdoba, o en tantas otras localidades, de los bienes de la Iglesia? La sociedad en su conjunto: los que lo pueden ver, admirar, educarse y crecer con ello; la red de hostelería de nuestro país; la industria del turismo… y el principal accionista de todo ello, que es Hacienda, que por vía de impuestos recauda muchísimo más dinero del que deja de cobrar por la X. Por eso, tanto los no creyentes como los creyentes se benefician al marcar esta casilla.

«Habrá un gran portal para canalizar los donativos a las 23.000 parroquias»

¿Se recauda más con la campaña de la Renta, o con colectas específicas para otros fines?
En realidad, son ámbitos complementarios. El español es persona de corazón, con gran capacidad para conmoverse, emocionarse, apasionarse, para dar un golpe… Esto se ve bien en la declaración de la Renta o en campañas concretas en las que la gente se rasca el bolsillo. Pero junto a esto, queremos trabajar el compromiso permanente, periódico, mensual, que es la fórmula lógica de financiación. Igual que yo dedico 50 euros al mes para la academia de inglés de mi hijo o 60 para el recibo de la luz, sé que tengo que destinar algo al mes para sostener mi otra casa, que es la Iglesia.

¿Y cómo quieren potenciar esta conciencia?
Estamos trabajando para poner en marcha un gran portal de donativos, que presentaremos en torno al verano, donde cualquier fiel pueda hacer una donación puntual o periódica a la parroquia de su barrio o a cualquiera de las 23.000 parroquias que hay en España. A través de este gran portal de donativos queremos contactar con toda la gente que quiera colaborar con la Iglesia, y tener con ellos una relación que no solo sea de dar dinero, sino informar bien de todo lo que la Iglesia hace, de las necesidades que tiene y de las situaciones que atiende. Se trata de dar a la financiación un enfoque más moderno, más propio del siglo XXI, sin desdeñar otras fuentes de colaboración, desde el IRPF al donativo puntual, el cestillo o el lampadario, que tienen su sentido.