«El Papa nos pide un nuevo modo de actuar» - Alfa y Omega

«El Papa nos pide un nuevo modo de actuar»

No cambia la doctrina, pero sí la forma de aplicarla, y esto supone un giro de gran importancia, resaltaron los expertos que participaron este jueves en la presentación organizada por la CEE de la nueva exhortación del Papa

Ricardo Benjumea

Amoris laetitia no cambia la doctrina de la Iglesia, pero sí «nos lleva a una manera nueva» de acción pastoral; a «un nuevo modo de actuar» y de situarnos «ante todas las situaciones», con el modelo de Jesús en el evangelio. Así describía el arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal la importancia de la nueva exhortación del Papa durante la presentación organizada este jueves en la CEE.

Monseñor Osoro, a quien el Papa nombró miembro de la Secretaría General del Sínodo y participante en la última asamblea sinodal, resaltó en especial que el documento implica una nueva actitud hacia las personas en «situaciones difíciles de personas heridas». «Evitemos los juicios», dijo, porque se trata de «llevar la misericordia de Dios a todas las personas, sin excepción».

Un documento del magisterio

«Cuando decimos que es un documento que no cambia la doctrina, no significa que no sea un documento del magisterio», añadió el rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Julio Martínez. En esta exhortación no solo «vemos al Papa por todas partes», sino también a «la Iglesia reunida en dos Sínodos», en los que se ha tratado el tema de la familia «con muchísima intensidad».

De ese largo proceso sinodal ha resultado «un documento pastoral de gran valor, que va a ser importantísimo en el futuro para la Iglesia». «Estamos ante un nuevo estilo de magisterio que, a mi juicio, continúa y ahonda en el estilo iniciado por el Papa Benedicto en Deus caritas est», y que se muestra en un «lenguaje capaz de hacer ver que la moral cristiana, antes que ley vinculante, es invitación cargada de promesas, y que las normas, aun siendo inevitables, están encuadradas dentro de una dimensión salvífica». Ese estilo de magisterio debe ir impregnando ahora toda la acción de la Iglesia.

A juicio de Julio Martínez, los grandes temas del documento son «la centralidad del discernimiento y la conciencia moral, junto al realismo, a la importancia que se le da a lo concreto y a lo cotidiano, y a la inclusividad de todas las situaciones». «No podemos separar entre puros e impuros, entre buenos y malos», nos dice el Papa, que «llama a formar las conciencia, no a sustituirlas». Este principio del discernimiento libre se aplica no solo a cuestiones polémicas y excepcionales, sino al día a día de la vida de las familias, a la educación moral de los hijos… «No hay recetas» en la exhortación del Papa, sino «mucha narración y mucha propuesta».

Javier Prades, rector de la Universidad eclesiástica San Dámaso insistió en este último punto, explicando que el Papa se sitúa en un «horizonte misionero» que privilegia «el anuncio gozoso de que Jesucristo puede contribuir al bien de la sociedad». El «magisterio pastoral» de Francisco se caracteriza además por «un lenguaje que proviene en buena medida de la experiencia común», lo que le hace «accesible a todos los hombres, sean o no creyentes».

Permanece la doctrina, cambian el marco y el clima

En definitiva, «no hay cambio de doctrina, pero ya no se puede aplicar esa doctrina de la misma manera» que hasta ahora, sintetizó el jesuita Pablo Guerrero, profesor de Teología Pastoral en la Universidad Pontificia Comillas.

José Luis Segovia, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca y vicario de Pastoral Social del Arzobispado de Madrid, resaltó que, aunque no cambie la doctrina, sí lo hace «el marco y el clima, y vaya si influye eso en la visión del cuadro».

Material valioso de trabajo para la CEE

En la presentación del acto estuvo también José María Gil Tamayo, secretario general y portavoz de la CEE, quien trasladó al Papa «la adhesión sin fisura» del episcopado español y, junto a la importancia del documento, aludió al «novedoso proceso» participativo en las diócesis, parroquias y comunidades. Para la Conferencia Episcopal, todo eso ofrece «un material valioso» para «los próximos años en este importante ámbito para la Iglesia que es la pastoral familiar».