«Me voy con mis padres al cielo»

En la pasada Semana Santa, hemos sintonizado con la Pasión y Muerte del Señor. En los vía crucis y procesiones camina la expresión suprema del amor entregado, doblando cada esquina de nuestras calles. Florece así la esperanza de la Divina Misericordia de la que todos somos costaleros. Cuando miramos al Cristo crucificado, nos encontramos, al fondo, con los dolores y angustias que nos aquejan.

A Benjamín, al que acompañé en el hospital, le tocó vivir ese proceso de pasión dolorosa y muerte como efecto de una operación con múltiples complicaciones que le sumieron, durante un mes, en el calvario de una UCI.

Junto a su familia, en el duelo del tanatorio, intenté interpretar esa dolorosa historia a la luz de la vivida por Jesucristo. Sus palabras en la cruz se fueron repitiendo en el proceso de Benjamín hacia su muerte:

«“Tengo sed”, suspiraba, y vosotros procurabais calmarle con un sorbo de agua y un paño humedecido sobre su frente. “No me dejéis”, os suplicaba reiteradamente, necesitando tanto vuestra presencia cercana y consoladora, que le hacía mucho más fuerte.

“Padre, ¿por qué me has abandonado?”. Cuántos gritos sordos habrá emitido al ver que le desbordaba el dolor y se le escapaba la vida. A veces los traducía en rebelión a las indicaciones del personal sanitario. Incluso los familiares os planteabais “Oh, Dios, ¿por qué lo tratas así?”.

“Dios mío, en tus manos entrego mi espíritu”. Pidió atención espiritual, y después de la confesión y unción quedó en paz diciendo: “Me voy con mis padres al cielo”. Es el acto de suprema confianza: dejarse llevar, deslizarse hacia un nuevo regazo que nos cobija para un nuevo nacimiento, atravesar la oscuridad hacia el amanecer en el Dios-Luz.

“Hoy estarás conmigo en el paraíso”, es la respuesta de Jesucristo, compañero de la cruz en la espera del tercer día de la Resurrección del lado de Dios Padre. Para todos vosotros, familiares y amigos, Benjamín os deja un encargo: “Seguid viviendo”. Él será un buen cireneo que os ayudará a continuar el camino».