Cómplices del despropósito - Alfa y Omega

Cómplices del despropósito

Se hace muy pesado. Cansino. Pero la culpa es nuestra, de los periodistas. Hemos convertido en noticia algo que no lo es. Durante dos semanas, prensa, radio y televisión han llevado a su portada…

Pedro J Rabadán
Foto: Ángel de Antonio

Se hace muy pesado. Cansino. Pero la culpa es nuestra, de los periodistas. Hemos convertido en noticia algo que no lo es. Durante dos semanas, prensa, radio y televisión han llevado a su portada que tres partidos se vayan a sentar juntos en una misma mesa. ¿Pero no les va en el sueldo negociar entre ellos? Se acepta la histórica atención desmedida que se otorga a los partidos toda vez que vivimos en una teledemocracia, pero convertirse en el cómplice de un despropósito es para hacérselo mirar. Con nuestra actitud, los medios de comunicación deberíamos preguntarnos si estamos contribuyendo a que los políticos se sientan más como unas estrellas del pop rodeados de cámaras y micrófonos que como unos servidores de los ciudadanos que les han votado.

Esta imagen es buena muestra de ello. Tantos días anunciando el encuentro, creando expectativas, para luego ver esto. Una cita prediseñada para el postureo, creada para los medios audiovisuales pero muerta desde el principio. No habían empezado a hablar y las caras de sus señorías revelaban ya que cualquier acuerdo era imposible, ni tan siquiera pretendido. A la izquierda, Podemos: cuadernos de notas en blanco y bolígrafos listos para escribir. Su líder esbozaba una sonrisa picarona, de regusto al ver a los fotógrafos y cámaras inmortalizando el momento. Es lo que buscaba. En el centro, el PSOE, con su portavoz mirando de reojo a un lado y una mueca hacia el otro. ¿Incómodo quizás? Y a la derecha Ciudadanos, con rostros más propios de un funeral. Villegas directamente parece que iba a explotar, al fruncir tanto el ceño, apretar las mandíbulas y no levantar la vista del papel. El PP no estaba, aunque creo que sigue existiendo. ¡Qué difícil es ponerse de acuerdo por el bien de los españoles! Sin embargo, viejos y nuevos partidos sellaron sin discusión darse 21 días sin plenos en el Congreso por Semana Santa, muchas más vacaciones que en el colegio de mis hijas.

¿Qué tendrá la política en España que todo lo que toca lo contamina? Una política en la que priman los intereses personales sobre los del partido y los del partido sobre los generales. Unos líderes que sin disimulo hablan de sillones, de ministerios y de vicepresidencias antes que de los problemas que tienen que resolver. Unos dirigentes que –con sus batallas interesadas– pudren instituciones, organismos y medios de comunicación públicos. En donde la mediocridad está premiada por encima del talento. Y los periodistas, en lugar de denunciarlo, les seguimos el juego.