La concertada pide defender la escuela católica ante «las amenazas de determinados grupos políticos» - Alfa y Omega

La concertada pide defender la escuela católica ante «las amenazas de determinados grupos políticos»

Escuelas Católica hace un llamamiento a todos los colegios concertados de España para «defender unidos la educación católica como bien social, la libertad de enseñanza y el régimen de conciertos». Proponen una escuela católica evangelizadora pero también «una escuela católica no sólo para católicos»

José Antonio Méndez

«En la actual circunstancia de encrucijada, incertidumbre y preocupación que experimentamos en nuestra sociedad, Escuelas Católicas hace un llamamiento a los centros concertados católicos para defender unidos la educación católica como bien social, la libertad de enseñanza y el régimen de conciertos». Así arranca el comunicado que ha hecho público Escuelas Católicas, la principal patronal de centros concertados de España, que aglutina a más de 2.000 centros en los que estudian más de 1.200.000 alumnos.

El régimen de conciertos beneficia a todos

La entidad ha concluido su Asamblea General anual, tras la que ha recordado que «ante la situación política y las amenazas de determinados grupos políticos y sociales; sin alarmismos, hemos de hacer un esfuerzo, con acciones concretas, para mentalizar y motivar a todos los educadores y educadoras, familias y miembros de las entidades titulares sobre la importancia de unirnos todos para defender desde nuestra identidad y unidad lo que la escuela católica representa como bien social». Porque como recuerda Escuelas Católicas seguir «apostando por el valor del principio de libertad de enseñanza y del régimen de conciertos» es algo que «beneficia a todos».

Sin miedo a los desafíos

No obstante, Escuelas Católicas quiere interpretar «la actual situación política» «lejos del pesimismo», sino más bien como una ocasión de «asumir las dificultades y desafíos como oportunidades».

Por eso, en el mismo comunicado expresan su deseo de «seguir dando pasos de mejora de nuestra organización con un mayor sentido de pertenencia y sentido de unidad, al servicio de nuestra identidad y que garantice criterios comunes de actuación en fidelidad a los principios inspiradores con los que se puso en marcha». «No hemos de tener miedo a afrontar, con prudencia y al mismo tiempo con decisión, la revisión de estructuras, adecuándolas a la situación actual y en perspectiva de futuro», añaden.

Defensa de los padres

La defensa del régimen de conciertos es, para Escuelas Católicas, sobre todo un compromiso en la defensa de los derechos de los pares. «Prestar atención a las demandas de las familias que, como hemos visto, señalan preferentemente necesidades que están en la órbita de ese “plus” que nosotros podemos ofrecer, en una manera nueva e integral de comprender la acción pastoral en nuestras escuelas: buen clima social, formación en valores, atención personalizada, ayuda a formular el proyecto de vida. Son ejes en torno a los que poder articular la propuesta evangelizadora y de educación en la fe, en un proyecto educativo-pastoral que sitúe la persona en el centro, en la integridad de todas sus dimensiones», destacan.

Abiertas al entorno social e interreligioso

La entidad, que representa casi al 15 % de los centros educativos de España, explica su visión de «una escuela católica que se abre al entorno como centro de animación, de servicios culturales y educativos y como lugar de encuentro de quienes persiguen objetivos análogos». Por ello, «nos situamos dentro de los nuevos espacios virtuales y culturales, con espíritu crítico y voluntad educativa, promoviendo el trabajo en red. La nueva situación social y religiosa que vivimos nos lleva a considerar el servicio educativo de nuestra escuela que, abierta al diálogo ecuménico e interreligioso, acoge a todos cuantos, respetando nuestra identidad, desean nuestro modelo de educación para sus hijos e hijas». Es decir, «una escuela católica no sólo para católicos».

Propuesta frente a quienes quieren sacar a Dios de la vida

«En nuestros centros cada vez es más frecuente la diversidad social, cultural y religiosa de la que proceden niños y jóvenes. La escuela católica asume esta realidad como oportunidad para el desarrollo de una mentalidad abierta y solidaria, así como para una nueva ciudadanía activa, pacífica y democrática», afirma el comunicado. Además, la patronal de centros concertados de la Iglesia pide a sus colegios estar «abiertos a la realidad europea que constituimos y de la que somos parte», para llevar a cabo una apuesta «por una manera de vivir y entender el hecho educativo que se hace propuesta de comunión ante el riesgo de tanto individualismo, propuesta de sentido desde el Evangelio ante las corrientes que quieren sacar a Dios de la vida de las personas, y propuesta de inclusión frente a la realidad creciente de exclusión de las personas por diferentes causas».

La FP de Escuelas Católicas

Además, Escuelas Católicas, en cuyos centros se atiende a miles de familias con pocos recursos, piden poner la mirada en «la realidad juvenil, que sufre la gran lacra de la desocupación y el paro», para «considerar la importancia de ese especial sector de nuestra organización que es la Formación Profesional». «Desde ella hacemos la apuesta por una estrecha relación entre Formación y Empleo, de modo que podamos contribuir a la inserción de estos chicos y chicas en la sociedad, labrarse un futuro de esperanza y desarrollarse plenamente como personas felices y comprometidas en la construcción de un sociedad más humana y más justa», dicen desde el aval de su propia experiencia.

Propuestas de futuro

Para trabajar en la «defensa de la libertad de enseñanza y conciertos; el mantenimiento del apoyo y servicio a los centros; y el aumento del sentido de pertenencia a Escuelas Católicas» de cada centro, la entidad ha trazado unas líneas de trabajo para el futuro inmediato, «encaminadas a reforzar la actuación pública en defensa del principio de libertad de enseñanza; potenciar la estrategia de comunicación y hacer más visibles las buenas prácticas; mejorar la autonomía y condiciones económicas de los centros concertados; trabajar por la concertación del Bachillerato, FP y primer ciclo de Infantil; apoyo a los centros con dificultades; reforzar y visibilizar la apertura y disposición de nuestros centros a la inclusión de inmigrantes y alumnos con necesidades educativas especiales; especial atención a los centros que tienen dificultades; promover la colaboración entre la familia y el colegio; intensificar la colaboración con las sedes autonómicas; actuar con criterios de transparencia en todos los niveles; y trabajar siempre en comunión con la Iglesia en la tarea de evangelización».