«El terrorismo destruye la voluntad de Dios» - Alfa y Omega

«El terrorismo destruye la voluntad de Dios»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El arzobispo de Madrid saluda al embajador de Bélgica, al finalizar la Misa del lunes. Foto: Miguel Hernández Santos/Infomadrid

«Cuando recordamos a quienes fallecieron, a las víctimas de los atentados terroristas de Bruselas, se nos pone de manifiesto la necesidad de este rostro y de esta manera de ser y de vivir que trae la paz, la solidaridad, el servicio de unos a otros, la entrega mutua, el valor del otro como más importante que uno mismo…». Son palabras del arzobispo de Madrid durante la Misa funeral por las víctimas del atentado de Bruselas, este lunes en la catedral de la Almudena.

«El terrorismo ciertamente cansa, destruye a los hombres, y cansa y destruye la voluntad de Dios», afirmó monseñor Osoro. «Ninguna circunstancia puede justificar una actividad criminal que llena de infamia a quienes la realizan y que es mucho más reprobable aún cuando tiene su apoyo en una religión, porque rebaja la pura verdad de Dios a la medida de la propia ceguera y de la perversión moral».

Para el arzobispo de Madrid, el terrorismo debe combatirse «con determinación y eficacia», teniendo en cuenta que «si el mal es un misterio que tiende a extenderse, la solidaridad de los hombres en el bien es un misterio que tiende a difundirse aún más que el mal. Apostemos por el bien. El bien se hace presente, es Dios mismo».

Monseñor Osoro también presidió el martes una Misa por las víctimas de los atentados de Pakistán y Yemen, en la que se dedicó una oración especial a todos los cristianos perseguidos a causa de su fe en diversas partes del mundo. «Hemos de respetar las diferencias de las religiones –afirmó–, pero todos estamos llamados a trabajar juntos por la paz». «Las religiones jamás pueden convertirse en vehículos de odio, ni invocar el nombre de Dios para justificar la violencia», insistió monseñor Osoro.

Y concluyó señalando que «en el mundo hay mucha violencia e injusticia que solo se puede quitar con un plus de bondad, amor y misericordia», a la luz de la Resurrección de Jesús. Esa bondad «es lo único que puede equilibrar el desequilibrio en el mundo».