Los mil acentos de las Pascuas juveniles - Alfa y Omega

Los mil acentos de las Pascuas juveniles

Misioneras, hospitalarias, contemplativas, vocacionales… las congregaciones religiosas se han volcado en Semana Santa para que los jóvenes pudiesen vivir estos días desde los acentos propios de sus diferentes carismas. El objetivo: ayudar a formar cristianos más maduros y comprometidos

José Antonio Méndez
Un momento de la Pascua Hospitalaria. Foto: Orden Hospitalaria de San Juan de Dios

¿Cómo se vive la Semana Santa en un hospital? Esta fue la pregunta que se hizo Eva, una de las 30 jóvenes de toda España que han celebrado este año la Pascua hospitalaria, una iniciativa que los Hermanos de San Juan de Dios organizan cada Semana Santa desde hace más de 20 años. Como ella y sus compañeros, miles de jóvenes han participado en alguna de las innumerables Pascuas temáticas que las diferentes congregaciones religiosas de nuestro país han preparado para ayudarles a vivir estos días santos desde los acentos propios de sus distintos carismas. Pascuas misioneras, contemplativas, vocacionales o asistenciales, con un mismo objetivo: ahondar en el encuentro con Cristo muerto y resucitado, y adquirir una mayor madurez en la fe.

El Calvario en el hospital

Bajo el lema Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia –el de la próxima JMJ de Cracovia–, Eva y otra treintena de chicos y chicas han acompañado a los Hermanos de San Juan de Dios en la Pascua hospitalaria que han celebrado en la madrileña Fundación Instituto San José, la misma que visitó Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud de 2011. «Quería vivir de manera más intensa la Semana Santa. Y hacerlo rodeada de enfermos, junto a personas que sufren, me ha hecho redescubrir el rostro muy humano de Dios. He podido contemplar cómo Dios se hace presente en los pequeños detalles, como cuando los enfermos son atendidos o participan en alguna celebración», explica.

Un momento de la Pascua contemplativa. Foto: Santiago Cerrato

Un aspecto esencial de este tipo de experiencias es la combinación de los tiempos de oración con momentos de actividad y de reflexión desde el testimonio. Así, además de acompañar a los enfermos en su día a día, organizar un vía crucis viviente para ellos y compartir las celebraciones litúrgicas, los jóvenes escucharon los testimonios de una trabajadora, una enferma, una voluntaria y un hermano de San Juan de Dios, «que nos ayudaron a descubrir que la fe es capaz de sostener y dar pleno sentido a las personas que pasan una enfermedad», cuenta Eva. Y concluye: «Esta experiencia de misericordia me ha hecho plantearme una nueva forma de vivir mi fe, más encarnada».

De Sevilla a la contemplación

El Jueves Santo, Ramón, de 27 años, y Marta, de 25, casados desde hace menos de un año, cambiaron el fervor de la Semana Santa de Sevilla por el silencio de la Pascua contemplativa que los claretianos han organizado en La Puebla de Vícar, Almería. Junto a otros 20 jóvenes, «hemos pasado los días centrales de la Semana Santa desde la oración y el silencio, con la ayuda de la contemplación de iconos orientales». Una experiencia que ya vivieron el año pasado y que «es muy enriquecedora, porque permite acompañar más profundamente a Jesús en esos momentos esenciales: de lunes a miércoles, nosotros participamos en las procesiones de Sevilla y en la liturgia de nuestra parroquia, y gracias a la experiencia del año pasado, lo hemos vivido más profundamente. También en las procesiones se puede contemplar a Dios, y el arte te puede acercar a Él», dice.

Un momento de la Pascua misionera. Foto: Santiago Cerrato

La utilidad de la oración

Al tiempo que ellos participaban en la contemplativa, otros 30 jóvenes disfrutaban con los claretianos de una Pascua misionera, con las gentes de La Puebla de Vícar. Un desarrollo simultáneo que no ha sido casual: «Nosotros estábamos rezando por ellos mientras trabajaban, para sostenerlos en la misión. Yo mismo he participado durante tres años en esas Pascuas misioneras, y entonces nos llamaba mucho la atención que otros estuviesen solo rezando mientras nosotros trabajábamos con niños o ancianos. Esas incomprensiones surgen hoy también al ver la vida contemplativa en la Iglesia. Por eso cuando das el paso de centrarte en la oración y en la contemplación, entiendes la vida espiritual en la Iglesia, la eficacia real de la oración», concluye Ramón.

El silencio y la oración han sido también el eje de la Pascua vocacional para chicas jóvenes que han acogido las salesianas del Sagrado Corazón de Jesús, en la localidad murciana de Alcantarilla. Una Pascua organizada por las religiosas junto a la Delegación de Pastoral Vocacional de la diócesis de Cartagena, y que tenía su paralelo en la Pascua vocacional masculina que se organizó en el seminario diocesano San Fulgencio. En total, una veintena de jóvenes han participado en una Pascua diferente, orientada a dar respuesta a aquellos jóvenes «que sienten inquietudes vocacionales y quieren descubrir a qué los llama el Señor: al matrimonio, a la vida consagrada o al sacerdocio», como explican desde la Delegación.