Orgullo de nuestro pueblo - Alfa y Omega

Orgullo de nuestro pueblo

A la larga historia de la devoción de los fieles madrieños a Nuestra Señora de la Almudena se suma, a partir de ahora, el empeño del cardenal Rouco por la extensión del cariño hacia esta advocación: en especial con el Himno a la Almudena

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Procesión de entrada en la fiesta de la Almudena, el 9 de noviembre de 2009

Madrid, 1935. Un niño recibe el Bautismo en la iglesia de Nuestra Señora de la Almudena, en Madrid, en el lugar donde hoy se levanta la iglesia-catedral castrense. Pocos años más tarde, ese niño, convertido en monaguillo, prepara todo lo necesario para la celebración de la Misa en la misma iglesia. Y, ya casi rozando el siglo XXI, ese mismo niño, convertido ya en un acreditado compositor de música religiosa, comienza a idear en su cabeza la melodía de una canción a la Virgen de la Almudena, la advocación de la Iglesia en la que recibió los rudimentos de la fe, la Patrona de Madrid.

Don Francisco Palazón es el autor del Himno de la Almudena, una pieza que está indisolublemente ligada a los años del ministerio episcopal del cardenal Rouco en Madrid, pues no ha habido prácticamente ninguna celebración, encuentro o Misa que no haya concluido con el cardenal arzobispo de Madrid entonando las primeras notas del Salve, Señora, de tez morena… Gracias a este empeño, muchos madrileños conocen ya este Himno y pueden cantar a la vez su afecto común a la Virgen en su especial advocación madrileña, lo que ha contribuido a hacer Iglesia, e Iglesia diocesana. Y alguna vez ha usado el gracejo el cardenal para introducir el Himno a la Almudena, como en aquella ocasión en que, en la celebración de la Virgen de la Paloma, afirmó con humor: «No creo que se enfade la Virgen de la Paloma si nos despedimos cantando el Himno de la Almudena…».

Dice don Francisco Palazón que «no lo compuse en principio como un Himno, sino como una sencilla canción a la Virgen de la Almudena». Quizá aquí radica el secreto de que esta melodía y esta letra prendan con sencillez en los devotos hijos de María, que en Madrid son muchos, como reconoce el mismo Francisco Palazón: «Ya desde pequeño he tenido devoción a la Virgen bajo esta advocación. Para mí, ha sido un orgullo componer para ella, algo muy especial».

Ese algo especial es lo que tiene la Almudena, ya desde que el pueblo de Madrid quiso salvar su imagen durante la conquista de los musulmanes. Siglos más tarde, el 9 de noviembre del año 1085, se rasgó una parte de la muralla de la Puerta de la Vega, al paso por Madrid del rey Alfonso VI de León, dejando al descubierto la imagen que los cristianos madrileños habían ocultado para protegerla de cualquier profanación. Del año 1382 consta la primera referencia escrita a la Virgen de la Almudena bajo ese mismo nombre; y el 10 de noviembre de 1848 fue coronada la imagen que hoy conocemos. La Virgen de la Almudena fue declarada Patrona de la diócesis de Madrid por el Papa Pablo VI en 1977; y años más tarde, el 15 de junio de 1993, el Papa Juan Pablo II consagró el altar del nuevo templo catedralicio en el que tiene un lugar de honor la Virgen de la Almudena.

En esta historia de la vinculación del pueblo de Madrid con su Patrona, estará a partir de ahora el especial interés del cardenal Rouco por extender esta devoción. No hace mucho, en entrevista a Alfa y Omega, el cardenal señalaba como uno de sus mejores recuerdos de sus veinte años en Madrid «toda la historia de la Almudena, del progreso del amor a la Virgen en Madrid, de esa gran devoción popular que se ha ido formando masivamente en torno a ella…; eso me ha dado muchos motivos de alegría». Y a don Francisco Palazón, en un encuentro reciente, al manifestarle su incertidumbre ante la continuidad de ese Himno en la vida cotidiana de la diócesis, el cardenal le hacía una confidencia: «No te preocupes, ese Himno se va a cantar siempre en Madrid».

Himno de la Almudena

Salve, Señora de tez morena
Virgen y Madre del Redentor,
Santa María de la Almudena,
Reina del cielo, Madre de amor.
Santa María de la Almudena,
Reina del cielo, Madre de amor.

Tú que estuviste oculta en los muros
de este querido y viejo Madrid,
hoy resplandeces ante tu pueblo,
que te venera y espera en ti. Salve…

Bajo tu manto, Virgen sencilla,
buscan tus hijos la protección.
Tú eres Patrona de nuestra Villa,
Madre amorosa, Templo de Dios. Salve