Retos de la misión compartida - Alfa y Omega

Retos de la misión compartida

La idea de que laicos y religiosos comparten misión, y no simplemente tareas, supone una realidad nueva en la Iglesia, un salto cualitativo

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Foto: Ricardo Benjumea

Casi 120 congregaciones religiosas han estado representadas en el III Encuentro de Laicos y Religiosos en Misión compartida. La iniciativa, promovida por la CONFER, se consolida como punto de referencia y escaparate nacional de una realidad eclesial en la que España es referente, lo cual no impide que también aquí exista un claro retraso.

Desde el nacimiento de las congregaciones religiosas han existido diversos cauces de participación para los laicos. La misión compartida supone, sin embargo, una realidad nueva, un salto cualitativo. La motivación original seguramente fuera tan prosaica como paliar la escasez de vocaciones, que impide atender adecuadamente muchas obras de los religiosos y religiosas. Se ha ido generando, sin embargo, toda una corriente que percibe esta necesidad de implicar más activamente a los seglares, no como un mal menor, sino como una oportunidad para llevar a la práctica los documentos del Concilio y del magisterio posterior sobre el laicado. Si a los 43.000 religiosos y religiosas que existen en España se les suman todos esos seglares activamente comprometidos con cada congregación (profesores, personal sanitario o simplemente personas que se reconocen en un carisma determinado), el potencial es enorme.

Un mensaje central de esta tercera edición ha sido que compartir misión es más que realizar una misma tarea. Laicos y religiosos participan en las congregaciones de un mismo carisma y espiritualidad, aunque con acentos diversos, acordes al diferente modo de vida. Esto obligará seguramente a realizar cambios, comenzando por la reinterpretación del carisma y los modelos de formación. Tarde o temprano tal vez sea necesario introducir también nuevas fórmulas canónicas que reconozcan la corresponsabilidad de los seglares. A medida en que se profundiza en la misión compartida, van apareciendo nuevos caminos y horizontes que van a exigir altas dosis de creatividad, sin olvidar la necesaria cautela en el discernimiento.