Mujeres changemakers en el Vaticano - Alfa y Omega

Mujeres changemakers en el Vaticano

Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, la Casina Pío IV acogió el martes el congreso Voices of Faith. Con el lema La misericordia requiere valentía el evento presentó a nueve mujeres de los cinco continentes que han logrado provocar un cambio real en la sociedad que las rodea

Cristina Sánchez Aguilar
El elenco de ponentes del congreso, con Cecilia Flores en el centro y Chantal Götz la primera por la derecha. Foto: Voices of Faith

«Nací pobre. A los siete años vendía pescado por las calles de mi ciudad para ganar unas pocas monedas y rebuscaba comida en la basura. Pero a pesar de vivir rodeada de miseria, siempre quise ayudar a los demás». Lo hizo. Más de 40 años después, Cecilia Flores es una activista social conocida internacionalmente por liderar, desde su Filipinas natal, la lucha contra el tráfico humano.

«A los 14 años ya era una devota catequista», recuerda. Pero su vida cambió radicalmente cuando fue «reclutada por el movimiento revolucionario» que, desde la vía pacífica, terminaría derrocando al dictador Marcos. «La Policía del régimen me atrapó durante un tiroteo feroz, y me encarcelaron como prisionera política durante cuatro años. Estaba embarazada cuando ocurrió, y di a luz en prisión», afirma Flores.

Cecilia fue liberada en 1986 y fundó la ONG Visayan Forum, una de las organizaciones filipinas más potentes en la lucha contra la trata de seres humanos. «Durante estos 30 años hemos presionado mucho a los diferentes gobiernos, y hemos conseguido algunas cosas, como mejorar la legislación sobre el trabajo infantil, el servicio doméstico y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual». Pero, reconoce, «sé bien lo difícil que es luchar cuando el contexto está lleno de obstáculos. Nos hemos encontrado con mucha apatía e indiferencia, y también con corrupción: los traficantes sobornan a los funcionarios; las empresas continúan con su producción esclavista; el Gobierno siempre tiene otras prioridades para dedicar su tiempo y sus presupuestos…». Durante este tiempo, recalca Cecilia, «sobre todo he aprendido que la misericordia empieza teniendo el valor de aceptar que Dios nos prepara para una misión mayor en la vida, y no importa cuán doloroso sea el viaje. Tal vez uno nunca pueda tener valor si no tiene misericordia».

Una imagen de Merci en el campo de refugiados de Malawi. Foto: Voices of Faith

De Malawi a Canadá

Cecilia Flores ha sido una de las participantes en el congreso Voices of Faith, celebrado en la Casina Pío IV del Vaticano el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Junto a ella, otras nueve mujeres de los cinco continentes han mostrado, a través de sus testimonios, «el valor que se necesita para superar la adversidad y convertirse en grandes líderes que cambian la sociedad», explica Chantal Götz, directora del encuentro.

Merci también estaba convocada para el evento, pero por problemas administrativos no pudo llegar hasta Roma. La joven, nacida en la República Democrática de Congo de padres ruandeses huidos del genocidio, vivió desde los 15 años en un campo de refugiados en Malawi. «Merci vivió con su familia durante años en una casa hecha de hierba, y casi sin acceso a la alimentación», explica Angelika Mendes, asesora de Voices of Faith y portavoz de la joven, que no pudo responder directamente a nuestras preguntas. «Trabajó muy duro, y gracias a ese tesón, Merci fue capaz de completar su educación secundaria y obtener un certificado en informática, gracias a un programa del Servicio Jesuita al Refugiado en el campo malawiano. Era la única chica entre los 16 estudiantes que lo consiguieron», añade Angelika. Mientras estudiaba y aprendía francés, Merci ayudaba a otras mujeres del campo de refugiados para promover su acceso a la educación. La joven lleva seis meses en Canadá con una beca en la universidad Laval.

«Se necesita valor para perdonar a tu verdugo. Ellas lo han hecho»

«El Papa Francisco quiere que las mujeres tengan una presencia más incisiva en la Iglesia. En 2015 pidió que se buscasen nuevas vías para que fuésemos “participantes de pleno derecho en los diversos ámbitos de la vida social y eclesial”, y dijo que este esfuerzo “ya no se puede posponer más”». Chantal Götz, directora del congreso Voices of Faith –iniciativa de la Fundación Fidel Götz– afirma que, en sintonía con esta petición del Papa, el encuentro tiene como objetivo «poner de relieve el trabajo positivo que hace la Iglesia a través de las mujeres». Un trabajo, añade, «que es capaz de cambiar el contexto social que las rodea».

Las nueve ponentes de la tercera edición de este congreso han trabajado con mujeres que han sido víctimas de trata de personas, desplazamientos forzosos, violencia, matrimonio precoz o falta de acceso a la educación, simplemente por el hecho de ser mujeres. «Se necesita mucho valor para superar las barreras tradicionales que impiden acceder o brindar educación, para aventurarse en países desgarrados por la guerra, para ayudar a que las víctimas de la guerra crean en la paz. Se necesita valor para perdonar a tu verdugo. Ellas lo han hecho», concluye la directora.