A Benedicto XVI le hubiera gustado trabajar en la Biblioteca Vaticana - Alfa y Omega

A Benedicto XVI le hubiera gustado trabajar en la Biblioteca Vaticana

La Biblioteca alberga 180.000 volúmenes manuscritos, 1.600.000 libros impresos y más de 8.600 incunables, 300.000 monedas y medallas, 150.000 ilustraciones, diseños y otras 150.000 fotografías

Redacción

El programa Huellas en la Cultura, de Radio Vaticano, esta semana visita la Biblioteca Vaticana de la mano de su directora de restauración, la española Ángela Núñez Gaitán, quien hace un recorrido por la historia de esta entidad de la Santa Sede que cuenta con colecciones de un valor incalculable en un enclave de excepción como es el Salón Sixtino.

La biblioteca alberga 180.000 volúmenes manuscritos, 1.600.000 libros impresos y más de 8.600 incunables, 300.000 monedas y medallas, 150.000 ilustraciones, diseños y otras 150.000 fotografías.

Su historia se remonta al pontificado del Papa Nicolás V (1447-1455), quien creó una biblioteca pública abierta a los primeros investigadores. Actualmente, tal y como explica la doctora Núñez, la biblioteca es privada pero sigue estando abierta a todos los investigadores que lo deseen, sin exclusión de ningún tipo.

Actualmente es monseñor Jean-Louis Bruguè quien ostenta el cargo, desde 2012, de archivista y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia, cargo por el que han pasado 46 cardenales a lo largo de la historia y que Benedicto XVI confesó que le hubiera gustado ostentar.

«Confieso que, cuando cumplí setenta años, deseaba ardientemente que el amado Juan Pablo II me concediera poder dedicarme al estudio y a la investigación de interesantes documentos y hallazgos que vosotros custodiáis con esmero, auténticas obras de arte que nos ayudan a repasar la historia de la humanidad y del cristianismo», dijo el Papa emérito en 2007 durante su visita a la Biblioteca.

El taller de reparación más antiguo

El departamento de restauración es otra de las joyas de la Biblioteca Vaticana. Según cuenta Ángela Núñez, es el taller más antiguo dentro de una Biblioteca, y tiene referencia internacional. La profesora sevillana explica que la intervención de los restauradores consiste en evitar que el libro se deteriore en el futuro o reparar desperfectos que pueda causar daños mayores.

RV / Redacción