¿Un Oriente Medio sin cristianos? - Alfa y Omega

¿Un Oriente Medio sin cristianos?

Redacción

«La situación actual en Irak, Siria y todo el Medio Oriente», con la persecución indiscriminada de cristianos, ya sean católicos u ortodoxos, hace hoy más urgente que nunca el ecumenismo. «No podemos resignarnos a un Medio Oriente sin cristianos», se lee en la Declaración Conjunta firmada, el domingo, por el Papa y el Patriarca de Constantinopla. Por otro lado, «así como la sangre de los mártires ha sido siempre la semilla de la fuerza y la fecundidad de la Iglesia -añade el texto-, así también el compartir los sufrimientos cotidianos puede ser un instrumento eficaz para la unidad».

Como consecuencia de esta violencia, miles de cristianos están abandonando sus lugares de origen. En varios momentos de su viaje, el Papa se refirió, a la situación de los refugiados. Turquía acoge a más de 100 mil procedentes de Siria e Irak, algo que Francisco ha agradecido públicamente a las autoridades. El Pontífice -según contó en el avión- se quedó con las ganas de visitar un campo de refugiados, pero «no fue posible por muchas razones». Tampoco ha podido hasta ahora viajar a Irak. Lo que sí pudo hacer en Turquía es visitar a un grupo de jóvenes refugiados cristianos y musulmanes acogidos por los salesianos, para «darles un poco de consuelo» y denunciar «las condiciones degradantes» en que viven muchos refugiados. «Queridos jóvenes, no os desaniméis. Es fácil decirlo, pero no se desanimen», les pidió Francisco.

La causa principal de la violencia contra los cristianos es el auge del islamismo radical en Oriente Próximo. Frente a ello, la Declaración Conjunta evita la tentación de señalar un común enemigo exterior, y tiende la mano a los musulmanes. Los cristianos no quieren replegarse en guetos, sino seguir desempeñando un papel activo en sus sociedades. Por ello, la Declaración apela a «un diálogo constructivo con el Islam, basado en el respeto mutuo y la amistad». «Como líderes cristianos -afirman el Papa y el Patriarca-, exhortamos a todos los líderes religiosos a proseguir y reforzar el diálogo interreligioso y hacer todo lo posible para construir una cultura de paz y solidaridad entre las personas y entre los pueblos».