Los niños examinan al Papa - Alfa y Omega

Los niños examinan al Papa

Ricardo Benjumea
Un momento del encuentro del Papa con los niños. Foto: L’Osservatore Romano

Las preguntas más difíciles que le han hecho en su vida al Papa «no han sido las de los profesores en los exámenes, sino las preguntas de los niños». Se lo reconoció así Francisco el 22 de febrero a un grupo de doce chicos de entre 8 y 13 años, procedentes de colegios jesuitas de todo el mundo.

El Papa les recibió en el Vaticano, y ellos le llevaron varios regalos, cada uno cosas de su país: chocolates de Bélgica, unas botas de Australia, una estatuilla de Kenia, unos dulces argentinos llamados alfajores… A una niña china el Papa le contó que tiene una imagen de una Virgen muy popular en ese país y que le reza todos los días por China, donde la situación de los cristianos no es precisamente fácil, porque el Gobierno quiere controlar todo lo que se hace en las iglesias.

La carta de Basia

«¿A qué santo admiras más?», le preguntó uno de los examinadores. «Tengo varios santos amigos –respondió Francisco–, no sé a cual admiro más, pero soy amigo de santa Teresita del Niño Jesús, soy amigo de san Ignacio [el fundador de los jesuitas], soy amigo de san Francisco. Los admiro a cada cual por alguna cosa, pero yo diría que son los tres, quizá, que más me llegan al corazón».

Se publica Querido Papa Francisco

El encuentro sirvió para presentar un libro que esta semana se publicaba en España. Se llama Querido Papa Francisco, está editado por Mensajero y recoge 30 cartas de niños de todo el mundo junto a las respuestas del Santo Padre.

Un momento del encuentro del Papa con los niños. Foto: CTV

Algunas cartas contienen preguntas realmente difíciles. «Mi abuelito, que no es católico pero que tampoco está dispuesto a hacer el mal, ¿irá al cielo cuando muera? Quiero decir, si una persona nunca hace penitencia, ¿cómo de grande tiene que ser el pecado que cometa para que vaya al infierno?», escribe Iván, de 13 años, desde China. A lo que el Papa le responde que «la voluntad de Dios es que nos salvemos todos» y que «Jesús está junto a nosotros hasta el último momento de nuestra vida para salvarnos».

Parecida es la pregunta que le hace un niño de Australia de 7 años llamado Luca: quiere saber si a su madre, que está en el cielo, le han crecido alas. «Es la madre que tú conoces, pero más guapa que nunca». Desde allí, «ella te mira y te sonríe».

William, que tiene 7 años y es de Estados Unidos, pregunta qué milagro haría el Papa si pudiera, a lo que este responde: «Si pudiera hacer un milagro, curaría a todos los niños». Y le reconoce entonces que no tiene miedo de llorar cuando ocurren cosas tristes que no puede comprender.

Un momento del encuentro del Papa con los niños. Foto: CTV

Las preguntas más difíciles… y las más fáciles

Hay preguntas muy difíciles sobre teología, como la de Natasha, de 8 años, que pregunta cómo caminó Jesús sobre el agua. Maximus, de Singapur, quiere saber por qué nos creó Dios, si sabía que íbamos a pecar contra él. Otro de los chicos no entiende por qué Dios le permitió al diablo seguir enredando.

Pero los niños también le preguntan cosas más sencillas, como, por ejemplo, por qué le gusta tanto el fútbol. Francisco explica que le encantan los deportes de grupo, porque «si un jugador quiere jugar solo, pierde», pero todos ganan «si juega con el equipo». «Así debería ser también en la Iglesia».

Un momento del encuentro del Papa con los niños. Foto: CTV

Seguro que al Papa tampoco le costó mucho responder a Basia, polaca de 8 años, que le preguntó qué quería ser de mayor cuando tenía su misma edad. ¡Carnicero! «¿Sabes por qué? Cuando tenía tu edad iba con mi abuela al mercado y había un carnicero que era muy simpático conmigo. Era grande y gordo y tenía un delantal largo con un bolsillo grande delante. Cuando mi abuela pagaba, él metía las manos en el bolsillo grande. Estaba lleno de dinero y daba el cambio a la abuela. Yo pensaba que era un hombre muy rico. Todo esto me impresionaba y yo quería ser como él. Es cómico, pero tenía que confesarte esta historia».