«Que Jesús os ayude a ser promotores de solidaridad y defensores del derecho a la vida» - Alfa y Omega

«Que Jesús os ayude a ser promotores de solidaridad y defensores del derecho a la vida»

Francisco ha recibido a 150 carabineros de Roma que colaboran con la Santa Sede durante el Año de la Misericordia, un «evento» que «nos empuja a interrogarnos acerca de nuestro compromiso para responder a las exigencias de fidelidad al Evangelio al que el Señor nos llama a partir de nuestro estado de vida»

Redacción

Ciento cincuenta miembros de la Compañía de Carabineros de Roma, que colaboran con la Santa Sede durante el Año de la Misericordia han sido recibidos esta mañana por el Papa en la Sala Clementina.

El Pontífice ha agradecido su labor al servicio de los peregrinos y turistas. Se trata —ha dicho Francisco— de una actividad que requiere profesionalismo y sentido de responsabilidad en la misma medida que atención a las personas —muchas de la cuales son ancianas— así como paciencia y disponibilidad para con todos. «No son cualidades fáciles y por ello es importante contar con la ayuda de Dios», señaló el Papa.

«El Año Santo de la Misericordia abre a todos una posibilidad de renovación, partiendo de una purificación interior que se refleja en el comportamiento y también en el ejercicio de las actividades diarias», explicó Francisco. «Esta dimensión espiritual del evento jubilar nos empuja a interrogarnos acerca de nuestro compromiso para responder a las exigencias de fidelidad al Evangelio al que el Señor nos llama a partir de nuestro estado de vida. El Jubileo se convierte así en una ocasión propicia de verificación personal y comunitaria: y el paradigma para ello son las obras de misericordia tanto corporales como espirituales», añadió.

En este sentido, el Papa les dijo a los Carabineros que «el Señor nos recuerda que todo lo que hacemos con uno solo de nuestros hermanos más pequeños a Él se lo hacemos».

«Esta enseñanza de Jesús os guíe también a vosotros, responsables de la defensa del orden público, y os ayude a ser, en todas las circunstancias, promotores de solidaridad, especialmente para los más pequeños e indefensos; a ser defensores del derecho a la vida a través del compromiso por la seguridad y la incolumidad de las personas», concluyó el Pontífice.

«Tened siempre presente en el desarrollo de esta misión que toda persona es amada por Dios, es una criatura suya y merece acogida y respeto. ¡Que la gracia del Jubileo extraordinario de la Misericordia —dijo Francisco al final de su breve discurso— renueve el espíritu con que os dedicáis a vuestra profesión, llevándoos a vivirla todavía con más atención, dedicación y generosidad!».

VIS / Redacción