Jesús, modelo de oración - Alfa y Omega

Jesús, modelo de oración

Jaime Noguera Tejedor

Dedicar tiempo a Dios es mucho más importante que la forma de rezar. La oración puede ser muy simple. Mientras sea honrada y sincera, el orante está trabajando en su relación con Dios. Y tenemos mucho que aprender al respecto. «El que ora no se permite decidir él mismo la respuesta a su pregunta y no puede poner en práctica su liberación, sino que se abre a la acción de Dios y a una relación interpersonal con Él», escribe el cardenal Albert Vanhoye, jesuita, en Jesús, modelo de oración (ed. Mensajero), al explicarnos el dinamismo interno de la oración de Jesús.

Este libro revisa con detenimiento el modo de orar, tomando siempre a Jesús como modelo, sustentando sus propuestas en la Escritura: acción de gracias, relación filial, el valor y el contenido del sacerdocio (tanto el particular de los presbíteros, como el común de todos los bautizados). Y, como hilo conductor, el corazón de Cristo: riqueza, agradecimiento y misericordia.

«Cristo fue escuchado por su piedad filial». Esta referencia a la Carta a los Hebreos es el eje sobre el que pivota la propuesta general de una obra llena de unción espiritual. Se nota que está traducida por un sacerdote, el padre Cervera, que se acerca al original con fruición y respeto. Albert Vanhoye parece estar escuchando a santa Teresita de Lisieux cuando hablaba del impulso del corazón, de la mirada lanzada al cielo. Y termina el libro recordando que la oración, que es ofrenda, se realiza gracias al impulso del Espíritu y nos da un corazón nuevo.