«Quiero que San Antón se convierta en un centro de “evangelización del amor”» - Alfa y Omega

«Quiero que San Antón se convierta en un centro de “evangelización del amor”»

El arzobispo de Madrid visitó hace unos días la iglesia de San Antón y se sentó en un banco junto a dos sin hogar que se refugiaban del frío. «Con los ojos llorosos, se quitó su bufanda para ofrecérsela a uno de ellos», cuenta el Padre Ángel

Mensajeros de la Paz

Desde el pasado 14 de febrero, festividad de San Valentín y popular Día de los Enamorados, la iglesia del Padre Ángel homenajea al santo patrón de los enamorados de un modo especial, ofreciendo cintas para escribir y dejar colgadas en la reja del templo que protege sus reliquias. 

El Padre Ángel quiere que éste sea uno de los múltiples detalles de la «iglesia 24 horas», donde se ofrecen pequeños servicios cada día y a todas horas: café y bocadillos, wifi gratuito, conexión telemática con el Vaticano, escucha en mesas camilla en vez de confesionarios, entrada libre y alimento para mascotas y WC y kits de aseo que sirven de ayuda a muchas personas sin hogar.

Sobre todo, la parroquia del Padre Ángel y Mensajeros ofrece afecto: «¡No nos coja el Señor con las manos vacías de amor!», dice el Padre.

Por eso, no desea que la celebración del amor en San Antón se reduzca a una eventualidad de calendario: pretende impulsar una diaria «evangelización del amor». Acoger al matrimonio que quiera renovar simbólicamente los votos, la pareja que quiera ser bendecida, la persona que quiera pedir para que aparezca la compañía o la que defienda sus sentimientos por encima de las leyes y las convenciones. Convertir el templo en un lugar de peregrinación y encuentro de quien quiera ejercitar su dimensión amante a través del cuidado de los demás, así como, en palabras del sacerdote, «asumir la valentía de las decisiones grandes, como la de amar».

«San Valentín fue un mensajero del amor», opina el fundador de Mensajeros de la Paz, «hoy sus reliquias nos siguen empujando a la ternura del perdón».

Porque el conocimiento sin amor es un don congelado, no es una casualidad que la iglesia madrileña que alberga el cráneo de San Valentín sea la iglesia del Padre Ángel, galardonado recientemente con el premio al Corazón Solidario. No es casualidad que, entre las distintas tinieblas de la crisis actual, el corazón pese más que la cabeza.Monseñor Osoro, el arzobispo de Madrid, quien recientemente bendijo en San Antón la «Puerta Santa de los Sintecho» inaugurada por el Padre Ángel García, se acercó a San Antón una noche de la semana pasada para ver las cintas de San Valentín, y se sentó en un banco junto a dos personas de la calle que se refugiaban del frío. «Con los ojos llorosos, se quitó su bufanda para ofrecérsela a uno de ellos», cuenta el Padre Ángel, «abrazó a los que nadie abraza, que es lo que pretendemos a diario en San Antón y Mensajeros».La madrileña iglesia de San Antón está abierta las veinticuatro horas del día a los descartados de la sociedad, en sintonía con la exhortación del Papa Francisco a las parroquias a transformarse en «una casita prolongada», para todos los que necesitan que se les quiera o que al menos se les mire de otro modo.