«La solidaridad no genera riqueza, solo es un parche» - Alfa y Omega

«La solidaridad no genera riqueza, solo es un parche»

El derecho humano a salir de la miseria ha sido el título de la cuarta sesión del Foro Cristianismo y sociedad, organizado por la parroquia San Jerónimo el Real, Justicia y Paz Madrid y la Fundación Crónica Blanca. Moderado por el director de la Revista Vida Nueva, José Beltrán, el Foro contó con la presencia de Fernando Alonso, profesor de la Universidad Complutense de Madrid; Ignacio María Fernández, consiliario de Justicia y Paz Madrid, y Alberto Plaza, director de Pueblos Unidos

Laura Ucelay

«Hay gente en el mundo capaz cambiar la cosas», señaló Fernando Alonso, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Según la revista Forbes, las personas más ricas del mundo como Bill Gates, Warren Buffett o el español Amancio Ortega tienen en su poder más riquezaque el producto interior bruto de muchos países que viven en la pobreza. «Tenemos que atajar la raíz del problema, el reparto del dinero», señaló el profesor. Una persona en países como Burundi o la India suele vivir con menos de dos euros al día, algo imposible de pensar en países del mal llamado primer mundo.

«Cada cinco segundos un niño muere, 1.800 millones de personas no tienen agua, 840 millones de personas sufren desnutrición», destacó el experto. «Las principales causas de esta situación son la corrupción de estos países, la política, sus dictaduras, la falta de educación o la explotación infantil y el tráfico de personas, pero nosotros podemos cambiar esta situación», destacó Fernando Alonso. «La solución no es la solidaridad, porque no genera riqueza. Solo es un parche».

El escándalo de la pobreza

Para Ignacio María Fernández, experto en Doctrina Social de la Iglesia, «nadie nace pobre o rico si no que existen, sobre todo en los países en vías de desarrollo, procesos de empobrecimiento». Pero «para salir de la pobreza lo primordial es el trabajo», apuntó. «La pobreza en el mundo es el gran escándalo, pero no nos engañemos, si no la vencemos es porque los países ricos no quieren», remató Ignacio María.

Alberto Plaza, jesuita y director de Pueblos Unidos habló de los países en los que había trabajado como misionero, Burundi o Ruanda entre ellos. Plaza recordó que en Burundi había «25 médicos para tres millones de habitantes». Ahora que conoce la inmigración desde el lugar de acogida, a través de su trabajo en la organización de acogida a migrantes Pueblos Unidos, el jesuita recalcó que «uno de los principales problemas para los migrantes es que en los países europeos ponen trabas a su estancia después de duros y largos recorridos». Además, aseguró que la solución a este tipo de problemas es resolverlos en el origen, en el propio país: «Junto el derecho a emigrar también debería existir el derecho a no emigrar, a tener en su país derecho a casa, trabajo y alimento». En lugares como Sudán, hay campamentos de refugiados que ya llevan más de 25 años. «En el mundo hay riqueza para que vivamos todos bien pero no con el nivel de derroche del primer mundo». Para terminar dijo que a Madrid llegan, cada semana, entre 50 y 100 refugiados pero siguen su camino a Europa.