El desconsuelo - Alfa y Omega

Viena, 1939. El Anschluss, la incorporación de Austria a la Alemania nazi, dejó a Emma sin marido, muerto en Dachau, y sin hogar. Ahora malvive en un piso semiderruido y convive con sus pensamientos y su dolor. El hilo conductor es la obsesión de la protagonista —encarnada soberbiamente por Carmen Conesa— por saber dónde está su hijo, desaparecido en España durante la Guerra Civil. Y si era un traidor o no.

De algún tiempo a esta parte es un magistral monólogo en un acto de Max Aub, escrito en 1939. La obra muestra cómo «dentro del horror de una guerra queda el ser humano, que tiene esa dignidad para esperar que algún día cambiará algo», explica en conversación con Alfa y Omega Carmen Conesa.

El texto golpea de dolor. Pero la lucha por comprender la vida no abandona a esta mujer, bautizada católica pero de ascendencia judía. «Dios no me puede castigar así», afirma mientras abre su libro de oraciones. «Rezo cada noche por vuestras almas», dice a su marido y a su hijo ausentes. Es una hora y media de lucha entre el hombre y Dios. Hasta el 6 de marzo en el Teatro Español de Madrid.