Lo mejor de los últimos años de Rembrandt - Alfa y Omega

Lo mejor de los últimos años de Rembrandt

La pinacoteca londinense nos vuelve a ofrecer una de esas grandes muestras irrepetibles: Rembrandt: obra tardía (Rembrandt: The Late Works). Se trata de una exposición en la que se encuentran pinturas como La novia judía, Los síndicos de los pañeros de Amsterdam, o algunos de sus más conocidos y sinceros autorretratos. Son obras de sus últimos quince años de vida

Fernando de Navascués
'Autorretrato a la edad de 63 años' (detalle)
Autorretrato a la edad de 63 años (detalle).

Nos encontramos en una época compleja de la vida del Rembrandt (1606-1669). El pintor ha perdido de forma prematura a su mujer y a tres de sus hijos. Se le suma una difícil situación económica, a pesar de la madurez y el éxito, causada por sus grandes y extravagantes gastos que le están conduciendo al borde de la quiebra. Lejos de hundirle, todas estas dificultades personales hicieron rebrotar en él una creatividad diferente, haciendo que su obra se convirtiera cada vez más expresiva y profunda. Experimenta nuevas técnicas en la pintura y grabados, y comienza con una temática diferente: el propio conocimiento, el empleo de la luz, la inspiración en otros artistas… A la vez que ahonda en temas más íntimos, en contemplaciones, conflictos, la reconciliación… La vida cotidiana.

'Autorretrato con dos círculos'
Autorretrato con dos círculos.

La obra tardía recoge 40 pinturas, 20 dibujos y 30 grabados, indiscutiblemente suyos. Para la exposición han colaborado tanto instituciones públicas como privadas: Rijksmuseum de Amsterdam, la Colección Buccleuch de Escocia, el British Museum de Londres, el Hammer Museum de Los Ángeles y el Louvre de París, entre otros.

'El suicidio de Lucrecia'
El suicidio de Lucrecia.

La exposición reúne una serie de autorretratos que Rembrandt pintó a lo largo de su vida, incluyendo Autorretrato como el apóstol Pablo, Autorretrato con dos círculos, Autorretrato con un turbante y Autorretrato a la edad de 63. Los dos últimos fueron pintados en esta época de su vida, y se pone de manifiesto la honradez excepcional del pintor al mostrar sus propias características a medida que envejecía.

'Lección de anatomía del Dr. Joan Deyman'
Lección de anatomía del Dr. Joan Deyman.

Destacan también obras como Lección de anatomía del Dr. Joan Deyman, El suicidio de Lucrecia o Betsabé con la carta del Rey David, algunas de las genialidades que Rembrandt pintó en la época final de su vida.

La novia judía

Es una de sus obras más conocidas y, a diferencia de Los síndicos, todo en ella está envuelto en el misterio. Rembrandt la pintó tres años antes de su muerte. Aunque el título es La novia judía, su interpretación no es clara. El hombre es más mayor que la mujer, con lo cual la explicación tradicional de una pareja de novios queda de alguna forma superada por la de un padre en el momento de despedirse de la hija que se casa. El misterio de esta pintura siempre estará vivo. Si creemos en la interpretación de pareja, descubrimos una escena nada corriente en la época: los matrimonios casi nunca se pintaban juntos, y si aparecían en el mismo cuadro, nunca se estaban tocando. Lo cierto es que aquí la pareja aparece junta, él coloca su mano con ternura cerca del pecho de la mujer y ella aprueba la caricia con su mano. Un gesto, simple y tierno, que no volvemos a ver en otro pintor. Muchos, incluso el propio Rijksmuseum, la titulan como Isaac y Rebeca

Los síndicos

En su pintura conocida como Los síndicos —en realidad Los síndicos de los pañeros de Amsterdam—, venida del Rijksmuseum, de la misma ciudad holandesa, Rembrandt muestra su genialidad y brillantez gracias a la combinación de la luz y la sombra, el color y la textura, provocando contrastes entre el colorido oscuro de la sala, la mesa y los trajes, por un lado, frente al blanco de los cuellos y los rostros. Rembrandt es capaz de elevar una acción de la vida cotidiana a obra maestra.

De esta obra poseemos muchos datos, como los nombres de los 5 síndicos que aparecen en la pintura: Jacob van Loon, Volckert Jansz, Willem van Doeyenburg, Aernout van der Meye y Jochem de Neve. En un segundo plano, encontramos un sexto personaje. Se trata de un empleado de la cofradía llamado Frans Hendricksz. Rembrandt se centra en los retratos, dándonos la personalidad de cada uno de ellos, resultando una muestra de tolerancia religiosa que no se daba en otras zonas de Europa: al menos dos son católicos, uno menonita y un cuarto luterano. Estos cinco hombres tenían la función de actuar como jueces garantes de la calidad de los paños elaborados por los miembros de la asociación en la ciudad de Amsterdam.